Un ente, una noche, un poema y una canción, todo organizado de acuerdo al itinerario de la vida, sin paciencia. Creo avanzar con el tiempo, la soledad se hace cada vez más duradera, aquél estado en el que me he inmerso tantas veces antes, y de el que he luchado por egresar con honores, pero al parecer es mi estado natural, los demás lo perciben, ya me conocen, pueden analizarme con sólo observarme, para ellos siempre seré alguien, pero nunca su alguien, yo soy yo y yo y yo, una relación avanzada.
Desconozco todo compromiso, incentivo con una fuerza tiránica el deseo de avanzar, en solitario, una pieza musical única y sin sentido, una camino que ha sido forjado por años de desconocimiento de bases sociales retóricas, banalidades.
Esta noche encuentro nuevas palabras, nuevos sentimientos emergen, nuevas canciones que llenan esos pedacitos de alma que aún se encuentran divagando por retornos. Mi cuerpo y yo nos entendemos, y comprendemos a los demás, lentamente comienzo a entender el proceso inerte de la libertad, un concepto tan abstracto, tan desconocido, tan falto de análisis, que me pierdo e intento continuar.
Mi cama protege, el itinerario ha finalizado, las dudas disipado con exactitud, la magia se ha sumergido tan profundamente que la ilusión se puede entender desde lejos, el cambio es inminente. Me he perdido por mucho tiempo en una lucha sin sentido. El abandono no es total, aún me encuentro en mi mundo con la paz con la que comienzo cada día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario