domingo, 14 de octubre de 2012

Día muy pronto


Como un día comienza y el siguiente ya se prepara, nuestros mensajes al viento se escuchan  y se entienden, se dejan estar y luego comienzan a volar, nuestros deseos finalmente llegan al sol, y desde ahí escapan las ideas.
Rayos de sol que iluminan los deseos, que de a poco parecen tener un final de alguna forma feliz, pero no soy perfecto, ni el día en Valdivia, no siempre permanecemos, no siempre nos extendemos, porque todo cambia, todo varía, todo es todo y es nada.
Comenzamos a vivir una historia, un cuento, una historieta la verdad, un comic que trajimos a la vida, uno en el que tu eras tu, y yo, yo era alguien más, pretendiendo ser quien no fui. De pronto el día parecía terminar de forma abrupta, frente a un árbol una noche aleja al día, y el viento prontamente enfría una banca frente al río, las palabras parecen sobrar y las miradas parecen no existir, el viento ha hablado, todo ha acabado.
El agua sulfura la nada, que es lo que sentí por mucho tiempo, y el todo que es nada que no existió, que jamás renunció.
El día termina muy pronto, la noche comienza y mi cuerpo le sigue, he permanecido junto a ella por mucho tiempo, y los rayos del solo desconocen mi forma, mi lenguaje, mis gestos y la nada. El día lo es todo, pero permaneceré por mucho tiempo escondido en la oscuridad, huyendo. 

Y una vez más


Y una vez más, me veo sumido en la oscuridad abstracta, escondido en lo más profundo del silencio, infiel a la conciencia, engendrando un destino. Escapé una vez, pero me veo forzado a volver, mi cama parece un lugar seguro, y la realización onírica el más perfecto de los sistemas funcionantes aún, me lleva más allá de la conciencia, a la inconciencia, que es en donde paso la mayor parte de mis días.
He pasado horas sin sentir, he seguido en función del día que se va, y la noche que cubre la mayor parte de mis horas, una noche física, corro durante horas y aún así no logro alejarla.
Busco refugio silenciosamente, pero no encuentro una razón, buscando en mi mente algún recuerdo que pueda llevarme ahí, pero es imposible, nadie en la vida hizo más de lo que yo hice por mí, ahora podría ser mi tiempo de partir.
Desde el momento en que mis sentimientos desaparecieron, dieron paso a un enorme vacío, vacío que una vez más llenan mis lágrimas lúcidas y ávidas de pena, de odio, de lamento unido.
Creo que he permanecido demasiado tiempo estático, y ahora lo he perdido todo, no superé barreras, sino las dejé atrás sin derribarlas, y son ellas quienes han vuelto por mi, a derribarme y tomarme una vez más al vacío del pensamiento; ahora sé que el frío que sentí, era esa tormenta de sombras que me envuelve una vez más.

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