domingo, 8 de septiembre de 2013

Energía

Estoy tan lleno de energía de vida que duele. Tengo tanto que decir que mi garganta se cierra y las palabras se quedan atoradas en algún lugar entre mi estómago y mis pulmones. Tengo tantos sueños que mi cabeza no entiende ni divisa la realidad externa. Tengo tanto dentro, tanto que se acumula, tanto que duele, duele el corazón, el estomago, la cabeza. El aire a mi alrededor es denso, es oscuro, está falto de vida.
Tengo tanta vida, tengo tantas, tengo tantos meses, tengo tantos planes, tengo tanto tanto tanto y no queda nada, me desespero, la respiración se torna difícil. Todo lo he perdido, porque tengo tanto pero hay cosas que ya perdí, y que quiero de vuelta, y que nunca voy a tener. 
He pasado mi eternidad finita en un lugar tan oscuro, que aún la misma felicidad se digna a aparecer por ratos tan estrechos, tan cortos, tan mínimos y desaparece, y yo permanezco en ese estado eterno del que no sé salir. 
Oprimo cada uno de los puntos a los que destino aquellos que alejo con velocidad máxima. Todo enardece la vida, todo se oculta tras mis trincheras. Mi voz tiene tanto brillo, que alumbra aún en esa oscuridad, las palabras son mis espadas, ellas fortalecen cada una de mis debilidades externas, las internas se debilitan a cada segundo, pero el enemigo no las conoce, ni siquiera yo les conozco. 
Estoy tan lleno de vida, y el tiempo es tan corto. Estoy tan lleno de tanto que el todo se absorbe dentro de de esta oscuridad, dentro del vacío. Son las penas las que sofocan la vida mía, pero son ellas las que me absorben y me dirigen en una creatividad absoluta, y puedo sumergirme por horas, por días, por semanas completas. Cada día algo en mi se acaba, algo en mi se apaga, algo en mi cambia. Cada día algo en mi crece, cada día algo en mi se retrae, algo en mi aparece y desaparece. Mi mente parece cielo en día de tormenta, se deja llevar por horas, la oscuridad desvanece todo, y pequeños pedazos de ideas caen constantemente.
Estoy tan lleno de energía que me alejo para poder controlar aquel poder interno. Tengo la necesidad de esconderme de todo aquél que pueda alimentar aquello energía, porque cuando se desata caigo al suelo, y no logro detener el proceso; ella acaba conmigo.
Las sombras recorren cada cuarto, cada cuento, cada escrito, cada poema, cada historia, cada vida mía. La luz siempre esquiva, se asombra cuando me encuentra impávido, deseoso de vida, ávido de locura. La locura es un estado en el que habito de Viernes a Domingo, un estado inconcluso, dañino, perfecto y total.
Estoy tan lleno de energía, que lo sé, un día ella acabará conmigo.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Sueños inmóviles

Cada pedazo de verdad impactando tiernamente cada espacio del cuarto cerrado. En cada espacio vacío un estante que ayuda a separar cada todo en su lugar. Un diamante que se mantienen en posición para poder llevar a cabo cada esperanza programada en el camino. Un hechizo que se ha dispuesto para poder lograr una idea, un deseo.
Se destruyen en sólo segundos los cimientos atisbados de un sueño, de una idea preconcebida que nunca tuvo razón de ser y jamás lo tendrá. Un sueño, una canción, una tormenta prometida y encadenada a existir por siempre como un recuerdo de aquellos sueños. 
Cuerdas de una guitarra que por dentro parecen describir una historia aún mas profunda que el corazón mismo. Una maraña de palabras necias que se mezclan lentamente con la realidad que se acaba al comenzar una nueva oración. Los sentimientos ebullen a cada segundo, continúan esparciéndose con mayor rapidez, las palabras comienzan a tomar forma, nombres, deseos, lugares, horas, números. Observo, leo y calculo, me vuelvo inconsciente e inconsecuente, no puedo dejar de establecer patrones y de proyectar, lo intento, pero no puedo.
La oscuridad una vez más es parte del cuarto, el silencio torna en torno a una pantalla fría, una hoja sin razón, una mano erguida al viento, el humo del cigarro. Los contornos se vuelven filosos, la sobriedad parece desaparecer, la ebullición se produce en segundos, el volar parece el estado último.
Frente al espejo se presenta un personaje totalmente ajeno, con ojos cansados y labios secos, me pregunta sobre conceptos desconocidos, mi cuerpo se congela por horas, y me sacudo de un lado al otro. Los sueños se protegen de mi, se esconden, el espejo les da seguridad.
La luna se convierte en sol, alumbra todo, una canción se encarga de oscurecer todo aquello que ha sido puesto a prueba. Al final del camino encuentro una voz, me llama con seguridad, es hora de unirme a un encuentro.
Mis pasos lentos se dirigen hacia destellos de luz, se encuentran con miradas, incomodidad, muerte. Sonidos nocturnos que se convierten en la melodía del cuerpo y que acompañan a mis manos hacia el infinito para poder permanecer por mucho tiempo más. Mi cuerpo posee un hechizo, las formas cambian y se encargan de perecer en estado de sombra. Un sueño que se mantiene despierto, en la oscuridad, y salgo con un cigarro a su encuentro, me mira directamente, desafiante me indica el camino. Mi cuerpo no puede, no quiere, permanezco inmóvil y distante, por horas, por horas, por horas. Más formas rodean mi cuerpo, ni puedo evitarlo, la locura se mantiene en constante actividad en mi cerebro, intento hacerle desaparecer, pero en el camino desaparezco yo.
En un sillón cuento uno a uno los errores, las oportunidades, las miradas y las palabras, es hora de dormir y encontrarme con aquellos sueños inmóviles.


lunes, 2 de septiembre de 2013

Cambio de piel

Estaba buscando una razón para poder mutar, para poder intercambiar el conocimiento del mundo con el mío propio, y de cambiar la piel y renovar las energías que quedan atrás, aquellas que se vuelven una carga al camino. Mis ojos cansados buscaban una razón para poder sonreír, para poder entender un sentimiento poco diáfano, un tanto distorsionado, muy disuelto en el tiempo. Al final de los días parezco haber encontrado algunas de las piezas que perdí en el camino.
Una celebración que permitía a mi cuerpo permanecer en un estado más catatónico que de movilidad absoluta, un par de invitados primarios y secundarios que embellecían cada segundo de la noche fría que me entregaba la ciudad sostenida por pilares de fiesta. Un cuento que se enredaba en mi oreja, un canción que nacía desde lo más profundo de mi garganta, la canto y el mundo se detiene, mi cuerpo encuentra su camino en la evidencia absoluta.
Los pasos me elevan por encima del agua, por encima de aquellos seres humanos atrincherados en un galón húmedo y vacío, el show ha acabado. Los personajes primarios me acompañan en mi hazaña nocturna, otros esperan por mi presencia, ya no somos los mismos.
Una espera que renueva energías, conversaciones que comienzan a tomar caminos sin recorrer, extrañados y sencillos, amor por la belleza del cuerpo. 
Años y amores, credos y estruendos, la lluvia deja de caer y estampidos de personas se escuchan en la calle, por fin es hora de seguir el camino. 
Invitaciones, agradecimientos, abrazos y palabras vuelan y se van, miradas discretas que dejan sentimientos inconclusos e invitaciones secretas y amadas. El tumulto una vez se hace parte de la noche. Manos que se entrelazan y descubren la libido que había permanecido oculta por horas eternas, los minutos pasan rápido y personajes nuevos llegan a cubrir y reemplazar a aquellos que se alejan. La noche llega a su término y mis deseos nuevos se acomodan en un lugar en el que puedan ser visibles por el resto de la re-estructuración.
La mañana llega con violencia, el sol cubre parte de mi calma taciturna, y despierto al día, buenos días día, buenos días sol.
Las horas transcurren con rapidez incansable, el resto de los planes no se hacen esperar.
Son cientos las formas en que la inmaculada verdad se presenta ante mi, elijo y pruebo y decido continuar, mi mente comienza a viajar con mayor velocidad que mi cuerpo. 
Diez, veinte, treinta nuevos personajes llegan a mi lado, risas e ideas y palabras y estamentos se presentan con tanta veracidad que es imposible compartirlos a todos, decido esconderme por unos segundos. 
Manos violentas y extasiadas me incitan a ser parte de un encuentro nocturno único, yo acepto la propuesta. Cuánta maravilla en el acto de romper reglamentos y estamentos establecidos por normas sociales crónicas, cuanto placer escondido tras cada luz que destella mi cuerpo. Mi cuerpo se funde entre la oscuridad infinita en la que me veo envuelto y los destellos de luz que se apropian de aquellos rincones mágicos de mi anatomía, pura excentricidad. Monitoreo los procesos múltiples y encandilo a los invitados espías. Todo es sonrisas y promesas, todo es secretos y complicidad, yo no soy yo sin ser tu conmigo, soy yo cuando la soledad y la oscuridad me funden, entonces mi estado ominoso recurre a mi y soy yo. 
Las líneas rectas y sin forma son expuestas ante la luz y la oscuridad, miles de miradas e invitaciones, yo acepto las diferencias y las reglas, yo entiendo y pretendo, yo encuentro y deshago, yo profeso.
La noche llega a su fin, y algunos labios encuentran su camino hacia los míos. Fragilidad descrita en miradas fortuitas que se encriptan en mi alma. Mi cuerpo se derrite y colisiona, destellos profundos.
El sueño por fin derrota mi cuerpo y mi mente, es hora de comenzar a entender cada segundo vivido. Una vez más mi piel ha comenzado a renovar su estado natural y comienza a mutar a un nuevo estado natal. 



martes, 27 de agosto de 2013

Sentimientos

Colores que se mezclan y transforman, y crean algo totalmente nuevo. Nuevas formas y deseos, nuevas palabras que se acumulan de a poco en mi garganta. Nuevos sentimientos que quedaron abandonados y que jamás remendaron sus heridas. Nuevos miedos y sepulturas abandonadas. Me trastorno con la sola idea de volver a comenzar una vez más de cero.
Más de cinco semanas, más de un año, más de mil meses, así siento el corazón, blando y sin entendimiento.
Vulnerabilidad compartida, una testigo concreto que se esconde tras de las sombras que cubro con un mantel pequeño, una harapos que he escogido presuntamente para celebrar, pero que hoy sirven para cubrir aquello que se ha desgarrado una vez más. 
Escribo por horas infinitas, pero más aún, las palabras parecen desaparecer de mis dedos y de mi boca, esos sentimientos confusos que pelean y agolpan contra mi pecho continúan moviéndose, a punto de vomitar.
Lo cierto, la confusión que llevo dentro de cada vibra de mi cuerpo es causada por una emoción que sobrepasa lentamente mis poros, que sobrepasa mi piel, mi pelo y mi ropa. Sobrepasa cada capa de persona, y afuera está, camina y juega, ya no está en mi pecho, ahora me mira directamente a los ojos, se burla y ríe en mi cara. ya nada puedo hacer. Los abismos tremendos en cada una de las etapas que me he visto forzado a atravesar, son vacíos tremendos en cada uno de ellos, vacíos que jamás han sido entendidos, son atravesados y empapados de nada.
Me mantengo en silencio por unos momentos, en solitario completamente, mis pensamientos han quedado en otro lugar, era necesario dejarlos fuera de mi. Escucho la lluvia caer lentamente, uniformemente, como silencios blancos. Canta mi alma lentamente, soplos y armónicas sin fin. El frío ingresa prontamente a través de las paredes, los silencios se van. vuelven nuevamente mis miedos.
En mi espalada se agolpa un deseo tremendo de correr, simplemente correr. Mi cuerpo lentamente despierta del trance profundo en el que lo sumí por más de una hora, la lluvia amedrenta las ideas, he quedado en blanco.
Sigo los pasos abundantes de mi persona, observo con lentitud un espacio vacío en el horizonte, iluminado tenuemente por la luna oculta tras de las nubes que cargan lágrimas con ellas, como yo lloro por dentro, no logro echarlo a fuera.
Los árboles se mueven con presura, el cielo de un color anaranjado parece presentir el volcán que tengo aquí dentro, permanece quieto para poder inspirar las palabras.
Quiero entender concretamente lo que sucede, pero me es imposible, el silencio se hace más grande y extenso, y me cubre, y me vacía, y me aplasta.
La noche tenue alumbra todo aquello que no pertenece, a lo lejos diviso sombras que juegan y entendienden. Entes de sombras y de luz que participan de la vida, y yo desde lejos observo, e intento imitar su vivir, pero me es imposible, el tiempo y mi mente han quitado parte de la vida que nunca viví, es tiempo de comenzar a expresar sin sentido mis palabras, quizás algún día, dejen de emerger con tanta velocidad y agresividad y me permitan continuar.


martes, 20 de agosto de 2013

Un día yo tuve un gran amor

Un día yo tuve un gran amor, una hora, dos días, tres semanas, cuatro meses, cinco respiros, seis palabras, siete encuentros, ocho lágrimas, nueve años.
Un día yo tuve un gran amor, de esos amores que las películas prohíben, de esos amores de libros de cuentos, de esos que nadie quiere olvidar. Fuimos un amor fugaz, yo existí siempre, siempre existimos, pero siempre por separado.
Un día yo tuve un gran amor que llenaba cada espacio de mi cuerpo y del alma. Cada palabra emergía con más poder, cada cuaderno era suyo, los poemas que emergían con lentitud desde una oscuridad ciega. Yo fui todo, los dos fuimos todo, separados eramos nadie.
Un día yo tuve un amor de esos de televisión, un amor tan grande que se quedaba fuera del corazón. El sentimiento era tan grande que pasaba horas engendrando planes hasta el cielo, llenando hojas y hojas de palabras que jamás serían escuchadas. Sus palabras era preciadas, los contornos de su cuerpo eran perfecto y se ajustaban al mío con facilidad infinita. Yo era una obra de arte del amor, la magia era parte de mi ambiente, las sonrisas, las creaciones y la naturaleza. 
Un día yo tuve un gran amor que la naturaleza y yo cuidamos por años, nueve años para ser exactos. Sinceridad absoluta en cada segundo, canciones que emergían desde lo más profundo de mi, inspiración divina. Sus ojos eran inmensos, profundos y engendraban una red de seducción total. Su sonrisa tosca y verdadera, alegraba mi día, mi noche, mi tarde y mi mañana, cada segundo era preciado para amar.
Un día yo tuve un gran amor que nunca me amó, todo era perfecto, yo siempre le amé con un inquebrantable ímpetu, tediosos, meticuloso, metódico y apropiado. El amor siempre estaba ahí, siempre quería más, exigía sacrificios más allá de lo divino y lo terrenal, yo intenté dar todo por mucho tiempo, pero aún así, todo nunca fue suficiente, hasta que se fue y nunca más volvió.
Un día yo tuve un gran amor que desapareció, se desvaneció en la neblina matutina, se fue a volar por el norte, y no quiso volver.
Un día yo tuve un gran amor que se perdió en la inmensidad del mundo, cambió su nombre, sus ojos, sus labios, y se casó con la oscuridad; yo aún le busco para despedirme.
Un día yo tuve un gran amor, jamás lo voy a olvidar.



sábado, 10 de agosto de 2013

Alma fauna

Inverosimilitud esparcida por la tierra como lluvia en un día de tormenta, rayos de credibilidad en una amplitud establecida de ante mano, y yo, un armadillo en un mundo totalmente ajeno al dolor ajeno. 
Cuento con espejos del alma, en ellos mi reflejo se ve atormentado por todos aquellos recuerdos y las memorias que de a poco se acumulan en tantos desvanes como canciones sobre ellos. Quiero comenzar una nueva historia, quiero poder olvidar todos aquellos detalles que con tanta dedicación he aprendido a través de un camino que no ha estado exento de sentimientos que muchas veces se confunden y se esmeran en ser desapercibidos. Un corazón me espera a la vuelta de la esquina, un corazón nuevo, el que tengo de por vida ya está cansado, desilusionado y solitario.
Una vez en la cima de una montaña prometí siempre hacer lo que mi corazón quisiera, y siempre lo he hecho; el problema es que mi corazón no siempre acierta en cada una de sus decisiones, he dejado de tomar riesgos y siempre me encuentro tomando aquellos caminos que se sienten mas seguros, que en general incluyen la soledad como acompañante.
Me he lastimado tantas veces, tantas heridas de vida, todas ellas sin curar, sin sanar, sin entender, jamás aprendí. Anoche, mientras me encontraba rodeado de persona, preferí alejarme y entender el minuto en soledad, me alejé tantas veces antes que la lluvia ahora solo podía cubrirme mientras los demás se sentían hundidos en alcohol.
Las palabras estaban frente a mi, dos acompañantes fieles también, ellos veían de a poco como mi cara se deformaba, algunas ideas solitarias querían lucirse en frente de ellos, decidí partir antes que ellas pudieran extenderse, pues sólo yo les conozco y me da miedo que el mundo también lo haga. Me vencen al final, y salen disparadas como dos balas con destinos decididos previamente, y se enfrentan entre si, mis acompañantes se sofocan ante tantas palabras, me entienden y desentienden a cada momento, muchos sentimientos se mezclan en sus cabezas, lo sé, la palabra muerte siempre asusta cuando las ideas son tan radicales como las mías; desaparecer en medio de una noche y volar desde un puente para no volver a hacerlo nunca más, algún día lo haré.
Los recuerdos se disipan con el pasar de las horas, las palabras se sientan a pensar en nuevas formas de expresión, y yo los dejo descansar de mi, aún para mi de pronto es demasiado, mi cama me espera perpetua y en silencio.
Mi alma flora ha satisfecho con creces sus expectativas, las flores emergen en cada esquina de mi cuerpo y los árboles son alimentados con exquisita delicadeza para perpetuar su existencia dentro del ecosistema que tengo por cuerpo. Pero el alma fauna, aquella con impulsos animales tan fuertes que ha sido relegada y ocultada de mi, puesta en un lugar oculto, para evitar la sensación de alimentar al instinto que llevo dentro, con furor, con rencor, con pasión y encanto. Esa alma se encuentra en descanso por ahora, no estoy preparado aún para lidiar con ese tipo de inconvenientes aún.

domingo, 4 de agosto de 2013

Alma en códigos

Mi alma hoy día despierta y descansa, algo diferente en las horas presentes. Con el pesar del día, las palabras en la cabeza avanzan como ideas, senderos que se abren y caminos que se crean como causas perdidas en el mundo, últimas advertencias. Humedad clara que procede con tímida rapidez, avanza de manera intensa y se aproxima al lugar exacto donde las ideas se han acumulado, encuentra un nicho y expande un temor, con ello lágrimas, y con ello pena; mi alma está llena de penitas que están presentes en cada segundo del día, ocultas del mundo, ahí, dentro de un cofre secreto, nadie las conoce, nadie las escucha, yo no quiero hacerlo, ellas no me necesitan porque siempre se hacen presentes.
La pena se hace evidente, se encarga de amargar el té que he preparado para poder tentar al cuerpo y adormecerlo por unas horas, pero me es imposible, la pena es mayor. Mis lágrimas pequeñas caen una a una, los demás observan con tentación mi cara; tentación profunda de entender mi comportamiento errático, pero nadie me entiende y no quiero que lo hagan, mi mayor secreto soy yo sin ellos. 
Respiración profunda, corazón acelerado, y pensamientos abstractos completamente, es imposible continuar en la misma habitación, permanezco inmóvil y ausente a toda opinión, entes completos y complejos analizan las situaciones de la vida cotidiana con tanta naturalidad que atreverme a opinar sería completamente descabellado, no puedo entender las palabras que salen de su boca, ya he llegado a un estado totalmente ausente, es hora de partir. Tomo mi bicicleta, y salgo al encuentro de la incertidumbre. 
Con rapidez conduzco, pedaleo sin precaución, sombras a cada vuelta, los árboles que se mueven de un lado a otro, una tormenta espera por todo aquel que se atreva a salir, yo airoso me siento privilegiado; un espectáculo de la naturaleza frente a mi, inspiración pura. 
El camino se hace extenso, no sé que busco, tal vez acelerar a mi corazón con tanta fuerza
que sea capaz de expulsar a pulsaciones las preocupaciones banales de mi cuerpo, o tal vez cansar mi cuerpo a tal punto que mi mente deje de funcionar en estado emocional absoluto y comprenda que el estado físico es mayor y permitido, no lo sé. La oscuridad en progreso permite esconderme entre las sombras, no es bueno que las personas vean tanto sentimiento junto en los ojos, el velo jamás debe caer, ocultar hasta el fin.
El viento y el frío se hacen presentes, me empujan cuando es necesario y me detienen cuando el camino se hace absurdo. He partido sin destino, pero en el camino comprendo que hay un lugar en el que quiero estar ahora, se encuentra oculto en el río, he estado ahí tantas veces que es parte de mi. Llego por fin a mi destino, él está ahí, un monstruo grande y descuidado, tan profundo y lleno de habitaciones, un edificio abandonado en la costanera, ha estado ahí por años, abandonado a la espera de un nuevo dueño, pero nadie ha tomado en serio su valor, sigue en estado invisible.
Una canción llena mi mente frágil de recuerdos, de bien, de mal, de totalidades y pedazos inexactos, memorias que invento y creadas a partir de una realidad jamás absoluta, resoluciones finales a cuentos que comencé a escribir hace mucho tiempo, tiempo muertos e indefinidos, sentimientos que encerré por años en frasquitos tan pequeños que los perdí en el camino, mudanzas de piel y de alma, prestaciones, valores, conquistas y fracasos, todo sale y se enfrenta y lucha por sobrevivir, tienen miedo de volver a esconderse en mi mente tras los miedos que tengo, que son mayores en cantidad y en volumen. Desde que era un niño guardé tanto en mi, tanto en mis posibilidades de cajón de recuerdos, que puedo hacer un mar entero de mi vida, escribir una historia me parece inevitable, aunque los detalles son tantos que podría perderme en uno de ellos y jamás escribir el fin. 
Yo, en mi entidad invencible, pretendo entender en mi totalidad una determinación absurda; ese edificio muestra su mejor cara para mi, cada habitación tan obscura y vacía, tan llena de nada, tan llenas de secretos e historias por contar, por inventar; cada una de ellas con personajes, voces y caracteres tan complejos y únicos, cada uno de ellos debiese celebrar. Un par de horas pasan, el frío vuelve a mi cuerpo, el edificio se despide de mi, debe volver a dormitar en estado eterno, es hora de regresar. EL río se hace presente, con un oleaje digno de ser presentado y celebrado, el viento se hace más fuerte esta vez, frena con mayor fuerza mi viaje, tal vez espera que cambie de opinión y me una a su viaje, aquel viaje que algún día realizaré, me iluminaré en los cielos infinitos y jamás regresaré, pero algo me dice que hoy no es el día. Una bandada de pájaros blancos se esparce en el río, se reencuentra en el cielo y desaparece entre aquellas nubes cargadas de grises, una segunda bandada hace lo mismo, y una tercera, cuánta belleza encarnada en los animales que iluminan el cielo en una noche gris, cada grupo persigue a los demás sin siquiera entender el camino, solo avanzan hacia lo incierto, tal como lo he hecho yo esta noche.
Las tentaciones se hacen presentes, pero esos pedazos de alma que se desprendieron en el viaje son más importantes de remendar. Llevo años intentando unirme, pero cada vez que me siento completo, destruyo lo que había y lo daño, cada trozo es utilizado para remendar lo que he quebrado, que cada vez se hace mayor, ya no sé que está bien y que está mal, cada acción que realizo con incoherencia es razón para sufrir y escribir. Tal vez debo alejarme de todo aquello que me inspira, la inspiración de hoy me llevó a realizar semejante viaje.
Sufro por amor desconsolado, sufro por pertenencia ajena, sufro por pena externa, por felicidad confinada al vacío, sufro por lo terrenal y lo divino; mi alma sufre tanto tanto que exculpar mis pecados se hace imposible, pero no puedo evitar sufrir, así vivo, en agonía eterna.
Llego a un brazo extendido de la soledad, la oscuridad ha tomado un trozo del camino esperando tentarme, pero hoy no es el día, el camino es extenso y debo retornar a casa con prontitud. Esperé por horas que la lluvia empapara mi cuerpo y exculpara mis deseos, que pudiera lavar aquello que es ajeno, lo colectivo, lo que no es esencial, pero jamás se presentó, mi sudor me indica que el frío se hará presente y no me dejará avanzar, en el miedo avanzo y pedaleo, el fin del camino se acerca y yo no puedo no avanzar y dejar pedazos inservibles en el camino, quizás en el futuro pueden servir a alguien más para encontrar respuestas propias. El día terminar y es hora de dormitar.

sábado, 3 de agosto de 2013

Estados dispersos

Un ente, una noche, un poema y una canción, todo organizado de acuerdo al itinerario de la vida, sin paciencia. Creo avanzar con el tiempo, la soledad se hace cada vez más duradera, aquél estado en el que me he inmerso tantas veces antes, y de el que he luchado por egresar con honores, pero al parecer es mi estado natural, los demás lo perciben, ya me conocen, pueden analizarme con sólo observarme, para ellos siempre seré alguien, pero nunca su alguien, yo soy yo y yo y yo, una relación avanzada. 
Desconozco todo compromiso, incentivo con una fuerza tiránica el deseo de avanzar, en solitario, una pieza musical única y sin sentido, una camino que ha sido forjado por años de desconocimiento de bases sociales retóricas, banalidades.
Esta noche encuentro nuevas palabras, nuevos sentimientos emergen, nuevas canciones que llenan esos pedacitos de alma que aún se encuentran divagando por retornos. Mi cuerpo y yo nos entendemos, y comprendemos a los demás, lentamente comienzo a entender el proceso inerte de la libertad, un concepto tan abstracto, tan desconocido, tan falto de análisis, que me pierdo e intento continuar.
Una invitación simple desató en mi un sentimiento de encanto, un encanto tan abstracto y complejo que fue analizado y comprendido en un lapso de tiempo tan largo que tuve que detenerme en muchas estaciones. Un sentimiento con el que me reencontré después de mucho tiempo en receso, en estados perturbados, una señal después de mucho tiempo. Un sentimiento ajeno me invadía, y decidí aceptar un reto mayor al dispuesto, creí poder cumplir cada meta con devoción, con agonía, pero no fue así. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, todo pudieron observar con exactitud mi latitud desenfada, una máscara que he utilizado por tanto tiempo que se ha hecho parte de mi, de mis telares imposibles, soy un trozo de arte que ha buscado por mucho tiempo ser incomprendido para poder tener un valor mayor al otorgado, sobrevalorado desde cada ángulo que pueda analizar, un estúpido que encontró en aquellos números ausentes de mi vida una respuesta a mis preguntas.
Mi cama protege, el itinerario ha finalizado, las dudas disipado con exactitud, la magia se ha sumergido tan profundamente que la ilusión se puede entender desde lejos, el cambio es inminente. Me he perdido por mucho tiempo en una lucha sin sentido. El abandono no es total, aún me encuentro en mi mundo con la paz con la que comienzo cada día.

viernes, 26 de julio de 2013

Astro en destrucción


Dentro de la inmensidad, me veo forjado a luz y hielo, una solución tan diáfana como el aire. La voluptuosa ecuación que me veo impulsado a realizar cada vez que la mezcla se descompone me hace sentir una explosión tan fuerte y poderosa que puedo desatar mi ira sin control; hoy fue una de esas noches en estados cósmicos lejanos. 
Tan cercano a mi órbita, como nunca, me dediqué a planear el resto del camino con tanta precisión y naturalidad, que ni el mismo escepticismo utilizado por décadas pudo derrocar; cada palabra, estrella y pedazos de luz fueron pensados con finalidad y propósito, pero el camino se derrumbó, todo finalizó. El universo se apagó de pronto, los astros que estaban a mi lado simplemente se alejaron, sin retorno, sin culpa, sin sentimiento de daño. La culpabilidad de cada ser debiese ser cargada con tanta cautela para no continuar apagando esperanzas, pero soy atraído una y otra vez a aquellos cuerpos inertes y sin culpas, yo un solitario sin vacíos, mis aperturas son expuestas y proclamadas al infinito. 
Exposición fatal al universo, solo puedo sentarme y gritar, los caminos ya no existen, los astros no existen, las estrellas se han ido, solo yo en el infinito, y el hielo se torna hierro, y duele, duele tanto que mata lo que aún quedaba vivo; a cada paso aprendo, a cada sufrimiento me acabo a la velocidad de la luz.
Finalidad sin sentido, aprehendo sin comprender, y continúo ciego, un tiempo que ha muerto, una cita con el silencio sin compasión, escucho la lluvia de estrellas alejarse con presión ejercida, nubes de metal acercarse a destruir lo que aún queda, es mejor intentar apresurar lo que sea que hago.
Mis ojos cansados se integran a mi ente cósmico, la tristeza se ve impedida en el vacío, el confort entregado por una situación impropia es distanciada una vez más, me convertí en un desastre en mi propio futuro; he amado sin sentido, he querido sin retorno, he deseado sin razón, he querido en negación, todo con segundas y terceras oportunidades sin logros aparentes. 
El universo ansía mi desaparición, él y otros entes varios, aún astros vacíos.
Ansío convertirme en una enana blanca, cuerpos celestiales con días contados; añoro tener valor, solía viajar por el universo sin remordimientos, sin nuevas sensaciones ni sentido del tiempo,hoy soy un astro sin rostro. 
He aprendido a convivir con el lado oscuro del universo, pronto podré mimetizarme y seremos uno, ya no habrá más de mi que utilizar y desperdiciar.
La complejidad exhibida una vez, hoy hecho simplicidad plena no puede ser devuelta; no entiendo, no me entiendo, no me entenderé, ¡FIN!


domingo, 21 de julio de 2013

Causa perdida

La profundidad en la que me he inmerso estos días me ha permitido ir más allá de los límites permitidos, ver el avance realizado y los daños que aún se encuentran en estado de abandono total, resultado: restauración en proceso.
Mi integridad infinita se compone de tantas partes, de tantas piezas completamente distintas que es imposible ver el todo cuando te encuentras reparando aquellas que aún se encuentran débiles.
Comencé por lo primordial, ¡mi vida!. Todo en ella era superficial, sucio, barato, sin valor, todo estaba mal, no tenía forma ni color. El valor de cada posesión ascendía a valores que ni siquiera yo entendía, nunca fui yo, nunca entendí completamente lo que era, en lo que me había convertido, en la luz encontré la oscuridad en la que me vería inmerso al final del camino; esa luz, nunca fue realmente luz, solo era fantasía. Cometí errores, eliminé el pasado, borré mis huellas, y me encontré inmerso en lo esperado: el desconocimiento y la pena. Por meses me sentí totalmente desesperado, solitario, en constante desvalorización, en una profunda introspección, toqué fondo más de una vez, pero al final sumergido en dudas, me salvé.
Luego vino mi autoestima, a esas alturas olvidada, sumergida, hecha trizas, oculta. Una tras otra, piezas distintas, sin entender, sin camino, sin fuerza, todo un rompecabezas. A cada situación expuesta al abandono, fue más fácil escapar que presentarla ante el mundo, ella se escapaba sin retorno, yo nunca quise buscarla por miedo a dañarle aún más. Al final decidimos enfrentar una pared gigante frente a nosotros, cada uno con más heridas que antes, pero unidos una vez más.
Pero al parecer no he podido restaurar mi yo del todo. El dolor aún permanece quieto, en constante resolución, en construcción de destrucción, paso a paso cubre lo que aún no ha sido reparado. La oscuridad sumerge los vacíos, y nuevas extensiones son creadas, damnificadas. 
Al final de cada día, esa crónica oscuridad se hace presente al comenzar algo nuevo, porque en la construcción nada permanece, nada se transforma, nada se regenera. Me he vuelto incapaz de crear, y un experto en destrucción total, toda una causa perdida.

miércoles, 17 de julio de 2013

Juntos

Creación infinita, sabiduría basta, experiencia finita, una mezcla inexacta, un momento, un minuto de silencio que deja de existir, y sólo eres. 
Miles de rostros observan atentos, a mi lado solo melodías, un camino largo y distante, un monstruo gigante que me observa desde las alturas, lo fotografío y me invita a conocer sus colores, yo los observo y me detengo otro minuto, el río fluye con mis pensamientos. 
Miles de ellos, sentados, observando, criticando; yo, melodías, y un camino. El cielo se torna rosa, un amor desperdiciado que sube lentamente, la soledad me observa con ansias, siempre se encuentra junta a mi, yo no puedo resistirme.
Recuerdo ojos, labios, palabras, dos cuerpos y una figura aunada; pero aún así, no puedo resistirme y me dejo tentar por la soledad, me alejo y se queda ahí, todo el amor desaparecería algún día, me excusé en reiteradas oportunidades, ahora se que es un problema.
Un sonido intermitente en mi cabeza, una y otra vez, su voz, me relata mis decisiones, mis errores, ahora lo veo, me inundan el cuerpo hipotérmico. Recorro el mundo lentamente, armas poderosas poseo, pero las utilizo una y otra vez en mi contra, jamás he disparado en contra de otros. Mi miraba como si me conociera de toda la vida, sus palabras eran las mías, sus miradas eran reconocidas, su cuerpo y el mío eran dos pedazos de un puzzle en construcción constante, todo era perfecto, una creación infinita, pero lo arruiné. 
Mirar al universo con un cigarro y la luna, sus manos eran las mías, mis errores eran un cuento que debía ser olvidado, pero yo tenía miedo, yo tuve miedo, yo tengo miedo, yo tendré miedo, tiempos verbales que conjugan mi ser, con miedo.
Regreso lentamente, tengo miedo de tropezar con más recuerdos, pero las lágrimas no se dejan esperar, ellas siempre están ahí esperando la oportunidad perfecta para entregarse al viento, el frío las congela, como una vez yo congelé el corazón. No sé cuando tomé esa decisión, no volver a entregarme por completo nunca más, quizás fue, si lo sé, si fue.
Un cable sostiene mi regreso, un triángulo que promete entender mi camino y guiarme, miles de rostros que vuelven a observar, lentamente avanzo hacia el fin del camino, como una banda, el río y el cielo crean un universo lejano y un retrato hermoso, intento fotografiarlo, y lo hago, pero la fotografía no logra capturar lo que siento por dentro, está vacía.
Los pensamientos juegan frente a mi cuerpo, corren y saltan y hablan fuertemente, los demás no pueden escucharlos, lamentablemente no pueden. 
Al volver, un camino más certero se presenta, tengo miedo, tengo frío, y de pronto, nada. Un extraño sentimiento de culpa me rodea, todo lo que he hecho está aquí, toda la maldad esparcida, todo el desamor, el sufrimiento, los juegos, todo el mal, en mi cabeza por un segundo, y por algunos minutos, sólo por un par de minutos eternos, puedo morir, quiero morir, pido morir, sin explicación, morir morir morir, todo está vacío y sin sentido, todo está descubierto, entiendo todo, el fin, la vida, todo.


lunes, 15 de julio de 2013

Estampidas

Observo a las personas, una tarde cualquiera se presenta con relativa normalidad. Mi bicicleta y yo hemos decidido dar un paseo por la ciudad. Amantes, amores, amigos, estudiantes, afligidos, hermanos, padres, y yo, todos avanzan, todos se mueven, todos sin excepción.
Observo con empatía a todos, intento entenderlos, intento ser ellos, pero mi prisa es mayor a mi curiosidad por entenderles del todo. 
Es difícil ser ciclista en Valdivia, nadie parece entenderte, los autos continúan, los peatones no te quieren en su lugar; no debería estar ahí, pero lo estoy.
Es tiempo de separarme de mi bicicleta por algunos minutos, debo avanzar hacia donde ella no puede llegar. 
Me posiciono detrás de una estampida de gente, y pienso en ellos, todo tan unidos, tan parecidos, tanto en común, y no se conocen, y probablemente jamás lo harán. Pienso en la originalidad como una corriente común estos días; todo el mundo intenta ser original, único e irrepetible, pero nadie lo es realmente. Entonces me pregunto, ¿qué es la originalidad?, me respondo inmediatamente: ¡NO EXISTE!, (por lo menos es esa mi percepción). Todos vestimos, todos vivimos, todos respiramos y comemos, aprendemos a hablar a través de la imitación, incluso nuestra forma de reír, los estilos vacíos y los que provienen de contenidos universales, el cosmos, todo es repetido, reinventado y apropiado, nada es original. Hay quienes intentan entender el mundo de diferente forma, y lo logran, yo los admiro, son valientes, seguros y atrevidos, una mezcla unísona en disonía. 
Caminaba por las calles pensando en ello cuando veo una persona de color, todo el mundo lo miraba desde lejos, pero al acercarse bajaban la mirada, como si su color de piel les incomodara. Una persona sin una pierna pasaba de tienda en tienda feliz buscando su nueva adquisición, todos sonreían al verla, pero una vez que ella se alejaba, yo podía oír palabras que me herían incluso a mi, cuánta hipocresía en el mundo.
Permanezco inmóvil por un par de minutos, me permito re-evaluar mi destino. Me harté de esta estampida, me cansé de entender, es hora de retornar a casa.

domingo, 14 de julio de 2013

Follow up

Cinco, seis, siete, ocho, ¡hora de levantarse!. El sol ilumina y me indica que es hora de comenzar. Luces grises iluminan mi andar, pero se tornan en todo un arcoiris al llegar. 10 de la mañana, Nati y yo posicionados para comenzar a vender nuestras pertenencias y poder costearnos. Todos observan, lentamente todo desaparece, nuestros bolsillos ya se encuentran felices, es hora de partir. 
Mi tarde inicia en mi cama, mi cuerpo necesita descansar un momento; yo lo prolongo por cuatro horas más.
Despierto y es hora de continuar, soy arrastrado a un evento único, 15 personas celebran y disfrutan, yo sólo puedo observar el reloj para que el pueda darme una pista de cuando podré escapar. Finalmente mi rebelión me invita a abandonar, los vasos continúan coqueteando con los asistentes, no han sido capaces de seducirme.
Nika, Nico y Maruja me esperan finalmente. Recorremos puentes, recuerdos, memorias, discursos, lugares, eventos, la niebla, las calles, sin paradero evidente, nosotros tenemos la capacidad de crear, ellos no tienen nada.
Las palabras emergen como pincelazos que crean y destruyen, los recuerdos alimentan nuestra capacidad creativa infinita, al fin decidimos emprender un viaje. 
El mundo nos acompaña, queremos compartir con ellos parte de nosotros. Risas, falacias, estigmas y paradigmas, todo es entregado y compartido de forma única. Iluminados y en apogeo, nuevos entes se detienen a entendernos, la fiesta se torna en una orgía de decisiones incoherentes e inertes, simplicidad absoluta frente a los demás. La divinidad se presente en un mal momento, cinco de la mañana y los asistentes procuran continuar su camino, yo y otros entendemos y deponemos la invitación, aún no es hora de partir. 
La madrugada me entrega nuevas sorpresas, nuevos entes, invitaciones totales y parciales. procuro tomar nota de cada sentido, podría olvidar alguno posterior a esta noche que casi acaba.
Seis de la mañana y todo termina, soy cobijado al final de una noche de excesos, esa es una historia que me pertenece solo a mi.

jueves, 11 de julio de 2013

Dos días


Mi cuerpo permanece en calma, los ojos lentamente comienzan a despertar, por la cresta me quedé dormido. Prometí estar a las 9 de la mañana ese día en la universidad, tuve que tomar mi bicicleta y realizar el viaje mucho más rápido de lo esperado, que generalmente significa escuchar menos canciones de mi playlist, lo cuál ya me apesta. 
Llegué a la universidad 20 minutos, con muchas ideas en mi cabeza a causa de todas las ideas que brotan en mi cabeza una vez que mi viaje diario comienzan, historias, videos, canciones, poemas, películas, libros, pinturas, etc., todo tipo de expresiones con las que podría día a día plasmar parte de mi vida y los sucesos, no puedo permitir que estos recuerdos se desmoronen, no es justo lastimar tanto pasado, él también permanece conmigo omniscientemente. Todos los favores son devueltos y entregados personalmente, por fin mi día a finalizado y puedo comenzar a oscilar. 
Una cama fría y entretención creada a partir de ideas ajenas, acciones que postergan mi tarde. Recibo una llamada y una invitación que no me atrevo a posponerle, yo y mi hiperactividad necesitan salir.
Mi bicicleta, fiel compañera escapamos lentamente a la liberación total y parcial, dos términos que jamás deben entrelazarse en el tiempo cósmico real, han sido extendidos y derrocados, utilizados al mismo son. Recorremos parte de la ciudad junto a Manu para poder lograr el acometido de la noche, escudarnos en la alegría prestada para poder acceder a la oscilación determinada.
El tiempo fue un préstamo sin devolución, pero las palabras fieles amigas nos distrajeron de él. Nico por fin ha llegado a guiarnos a la última estación de la noche, cuatro paredes, cinco vasos, cinco personas, un cigarrillo, mucho alcohol, y otras pertenencias. Los secretos fueron parte de la velada, noticias y acuerdos, un viaje iniciado que no podía parar. 
Noche oscura, lluvia que cae y se desvanece, brebajes que encuentran una estancia segura, humo humo humo que sopla, el aire se lleva, mi garganta está seca. Sigue el viaje, el tren mantiene su ritmo, un pasajero más se entrega al tren, un sillón que habla de mas, una estación que cambia con el sonido de los heirz, de 440 a 432 para mantener el equilibrio natural con el universo, madre real y primera de la creación. Las palabras ya no se entienden, balbucear por hablar es como entender por comprensión. El cuarto cambia de de forma, está oscuro pues es hora de descansar, los inquilinos han huido de la pausa nocturna, nadie se quiere detener. Abro una vez más los ojos, otros me acompañan aún. Realizamos los deberes necesarios para poder terminar con el comienzo y continuar; un nuevo invitado se hace necesario, es invitado con dificultad, pero su transporte es encontrado con dificultad. Iniciamos un nuevo viaje cósmico, la alegría se apodera insensatamente del aire, imágenes proyectadas, diálogos eternos, caminos que llevan una eternidad siendo recorridos, recuerdos, canciones, pasado, presente, futuro, nombres, fechas, promesas, citas, fornicadores e impuros, por la cresta me perdí del centro.
Llega la hora de acabar el viaje y comenzar uno nuevo, mi bicicleta se hace necesaria. La oscuridad cubre la noche, un manto delante de mi se impone, pero no es suficiente, ingreso en ella y egreso intacto, he llegado al fin. 


martes, 9 de julio de 2013

Asientos

Hace un tiempo leí un artículo muy interesante sobre la "Teoría de la ventanas rotas", artículo que no comprendí del todo la primera vez, pero con el tiempo comencé a descifrar muchos de los patrones con los que esta sociedad vive a diario, cuando algo está quebrado, una turba viene y lo deshace por completo, desbordando las energías en un caos digno del apocalíspsis infinito.
No pude evitar preguntarme que otros patrones nos indican el vacío cósmico que en nosotros se encuentra presente, y me enfoqué en una de las rutinas más comunes en Valdivia, el viaje en micro.
En Valdivia es común trasladarse de un lugar a otro en micro, los recorridos son muy cortos y el pasaje para nosotros los universitarios es mucho más barato, dándonos la oportunidad de ahorrar para nuestros pecados propios. Pero no pude evitar notar el enorme vacío que se centra en estos viajes, las personas no hablan entre si, no se conquistan, no se detienen a analizar al otro, sólo los ignoran y pretender que no existen, cuánto dolor en el mundo.
Una vez leí sobre un hombre que salió a la calle determinado a matarse, sólo una sonrisa de cualquier persona le impediría de llevar a cabo un suicidio, conclusión nadie le sonrió y el se mató.
Lo mismo hacemos a diario, ignoramos a los demás y preferimos guardar uno de los asientos a nuestra soledad en vez de cederlo y contribuir en parte al día de los demás, nunca está demás. Cuanta ignorancia en nuestras vidas, el hombre es malo cuando no sabe, por eso debemos saber y no herir. El mundo está lleno de personas esperando una sonrisa, una asiento, una palabra, un saludo, un agradecimiento, un abrazo, un beso, una caricia, un amor. 
Hoy, mientras me trasladaba de un lugar a otro con sorpresa y rabia observé como los pasajeros que se encontraban en los asientos resguardaban con recelo uno de ellos para su soledad y en el otro su cuerpo vacío, los demás con desdicha de pie y con caras de soledad, nadie piensa en ellos. 
Hemos olvidado la alegría del pasado, las sonrisas de viajar, el encontrarse con seres distintos y con palabras de creación cósmica, invitaciones a parques y fiestas, miradas cómplices, voces enérgicas, sonrisas genuinas, alegría rebosante, amor delirante. Cuánta vida existió y se extinguió.

lunes, 8 de julio de 2013

Teresa

Me encontraba finalizando el día cuando diviso a lo lejos una luz brillante, era Steff que se dirigía a la universidad a ver como su mente era premiada por su conocimiento, así es que decidí unirme al festejo.
Dos almas solitarias en una pieza con sillones y una ventana que nos dejaba ver parte de un edificio en ruinas, maravillosa vista y compañía. Platicamos de lo divino y lo terrenal, prometimos viajes y encuentros, unas palabras y unas cervezas, todo era amor.
Nos detuvimos a pensar en nosotros por un segundo, cuando ella y yo estamos juntos somos brillantes, no hay nadie que brille más que nosotros dos; descubrimos el conocimiento a través de las rendijas del aprendizaje, el conocimiento universal jamás será un enigma para nosotros, de lo divino y lo terrenal ya conocemos bastante, para nosotros nuestras almas en pena y puja son un enigma.
Gotas de cambio caen lentamente por fuera, los vasos y los cigarros se acaban pronto, y las miradas ajenas de deseo aumentan, me siento observado desde otro salón, pero hoy es día de conocimiento, no puedo pararme a alimentar mi ímpetu por ahora, esas son historias reservadas para días de soledad, con Steff jamás he experimentado eso, su sola presencia produce en mi un efecto ensordecedor de paz.
Mis inquietudes con ellas son naturales, y pueden detenerse en medio del salón a pavonear su tamaño (pues mis dudas son tremendas y muchas), Steff lentamente reúne los argumentos para contrarrestarlas  las toma desde la ventana y las deja caer al pavimento, ellas mueren lentamente y mi ego lentamente retoma el rumbo, cuanto alivio. El amor para nosotros se ha vuelto crónico, siempre estamos en busca de alguien quien pueda amarnos aunque sea por un segundo: el sólo oír basta con entender cuanto amor nos falta por el conocimiento y la virtud de existir.
Nuestros entes son similares e ineludibles, cada uno tiene un color propio que brilla con ímpetu crónico y resiliente, dos almas enteras dispuestas a luchar contra el mundo y las estándares propuestos, lo hemos hecho muchas veces antes y lo haremos por la eternidad, no hay nadie que pueda entendernos y contrarrestar nuestras armas.
Al final de la noche un abrazo cierra una celebración, yo y ella hemos vaciado nuestra información y debe ser procesada prontamente, pues siempre habrá una nueva celebración que inventar.


domingo, 7 de julio de 2013

Niño estúpido

Soy un imbécil de primera categoría, un desamor aprendido y perpetuado, una soledad que recuerdo, una lección que recuerdo, una eternidad que olvido. 
Todo comenzó un noche en que dos almas se suponían encontrar, dos almas se encuentran y se reúnen, que celebran; otros entes se unen a la fiesta, se encuentran y se despiertan en la oscuridad perversa, perdidos. La oscuridad trae alegría, y los brebajes algo más. No hay amor en el aire, no hay desamor en el olvido, sólo una alegría ajena, y sonrisas que no traen más que recuerdos vanos. 

Yo me quedo ahí, esperando la nada. Esperando lo que para mi significaría algo, pero era la nada. Y yo con mis sentimientos hipócritas, políglotas, endógenos, andrógenos. A esas alturas, aún creía que el mar es mar, y que la tierra es tierra, debí haberme quedado en casa durmiendo. Cuánto vacío en cada palabra, cuanto desacato a las reglas naturales de mi ser. El desprecio se vuelve crónico, cinco veces, siete veces, ocho miradas, nueve penas, una canción. Comprendo finalmente el mensaje oculto, aquél mensaje que entregamos plenamente en nuestro lenguaje corporal y de señales ocultas, olvidando que no somos políglotas, el lenguaje corporal oculto es un desafío para mi. 
Mi cara de a poco demostraba un miedo a ser descubierto en vulnerabilidad absoluta, no podía permitirlo, son seres que no merecen conocerme del todo. Una llamada catapulta mi salida de ese antro de oscuridad perdida en el universo de paz, escapo raudo y camino por calles vacías y llanas hacia un destino incierto y poco convencional.
El sol aún no salía, y yo caminada en melancolía absoluta, que patético. El frío penetra el cuerpo, mis pies continúan su camino infinito, sin retorno, sin rumbo, sin plan, sólo un sentimiento de nostalgia pura por el ser completo. Una lágrima diabólica y pequeña se asoma y quiere salir a concretar el pacto, yo no se lo permito, la debilidad no volvería a apoderarse de mi, jamás, sólo lo permití por un segundo, se acabó. 
Han pasado 2 horas, me encuentro con nuevos seres llenos de luz, la alegría vuelve a mi, la sonrisa una vez extrínseca, se vuelve intrínseca, les agradezco, son un templo de paz. 
La noche acaba y el sol me cubre, la hora de dormir ha llegado, comenzar un nuevo día con una nueva lección, debo eliminar ahora lo que aún queda.


miércoles, 3 de julio de 2013

Una mañana y una canción

Una mañana, una cama, un abrazo, respiros, sabores, un solo recuerdo.
Mi alarma suena a las 7 am, irónicamente recuerdo que puedo seguir durmiendo pues no tendré clases, pero mi alarma es la canción que más recuerdos trae a mi mente en una mañana fría y lluviosa.
Junio de 2007, mi energía pacífica con un éxtasis latente logra encontrar un reflejo puro, sexo y caricias nuevas, palabras que incrementan la libido a esas alturas en propulsión, ojos que reflejan deseo interior, yo en estado de catarsis insólita, el sueño inunda mi alma, sus labios inundan mis labios, su cuerpo los vacíos, su ente mi rincón único en el mundo.
Cuánta magia, cuanto sabor, mi vida se encontraba en constantes cambios, su piel se asemejaba a la pureza, mi mente a esas alturas era un enredo de emociones, encontraba lo que buscaba en una sola persona, algo nuevo en mi.
El deseo era constante, subliminal, mágico. Las luces parecían distintas, iluminaban un escenario construido para mi, sus manos me guiaban a rincones inhóspitos, el tiempo corría tan rápido, sus palabras me envolvían en papel arrullo. Nos encontrábamos solos en un lugar rodeado de personas, su olor me atraía a la liberación, no había conocido hasta ese momento la libertad total y absoluta, su ente me llenaba y me liberaba, yo encantado y enamorado. Habitaciones oscuras que iluminábamos solo al estar juntos, encontrábamos las maneras y las formas, creábamos nuevos desafíos, los cambios eran constantes, los lugares nunca fueron los mismos, una ciudad construida a partir de un deseo; yo aún no me encontraba totalmente preparado.
Un beso sellaba mis pensamientos impuros, sus manos los devolvían y guiaban a su antojo, yo sólo era el aprendiz absoluto, nunca dejé de aprender.
Esas noches terminaban en un desnudo total, yo siempre estaba desnudo, nadie había conocido quien era tan a fondo, tan detalladamente, en todos los sentidos posibles.
Al llegar el día la luz era siempre blanca, el calor rodeaba mi energía, el viento soplaba en lugares exactos, todo era perfecto, todo era correcto, todo era desconocido, pero su vibra lo hacía ver como una rutina diaria, el fuego permanecía a mi lado por siempre.
Aprendí y desaprendí muchas veces, realicé viajes únicos, encontré respuestas a mis preguntas, la mayor parte de ellas eran incorrectas, pero acordes al tipo de información requerida. Me sentía estúpido y desencajado, no estaba acostumbrado a este tipo de estupidez y fervor crónico, pero era real, todo aquello era real, el tiempo seguía corriendo increíblemente rápido para mi, que sorpresa.
Mis sábanas me rodean y me envuelven, así era su ente, así era su cuerpo, sus palabras, bellas melodías que debían ser oídas por mi, yo era un simple aprendiz que intentó aprender cuanto pudo, que deseaba aprehender mucho más, pero me gradué al parecer, y se fue, para siempre.
De pronto desaparece, se hunde en la oscuridad infinita, intento encontrarle pero ya ha desaparecido, mi luz no es suficiente, y me apago.
Un sueño no es necesario, los recuerdos son millones, debo sentar a ordenarles e intentar encontrar un sentido lógico.

lunes, 1 de julio de 2013

Trascender

La trascendencia es un proceso usual del ser humano, en algunos se encuentra presente durante el tiempo de vida, en otros llega cuando la vida se extingue; yo me encuentro en un proceso confuso, mi cuerpo y mi mente se encuentran en direcciones totalmente distintas, mi corazón, no hablemos de él, se encuentra en receso por decepción.

Tiemblan mis hombros cuando decido proponer, un escape sexual se torna propicio para el mes, ya me cansé de no ser por miedo a ser lo que tengo miedo a no ser. Por ahora, no más caricias sin sentido, no más sentimentalismo barato, mi mente por otro lado, aún en receso, se detiene, mi cuerpo no puede cohesionar acciones sin su consentimiento, me encuentro en espera.
Me encuentro en un momento que puedo divisar en mi pasado, una etapa de deseos promiscuos incansables, un erotismo puro, una sensualidad concedida por el deseo sexual que despierta la libertad oportuna, pero me detengo al momento de concretar.
Mi cama clama constantemente por placer, mi cuerpo se erotiza a cada palabra y sonido, pero el reciclaje parece no funcionar, decido concretar mis deseos con entes que me han producido la cantidad de luz necesaria para encender mi luz interna en previas ocasiones, pero me detengo, pues creo es tiempo de comenzar a ser iluminado por nuevas existencias.
Este es sólo un sentimiento diario, las decisiones se desvanecen con el paso de las horas.



sábado, 29 de junio de 2013

Traslación

Todo comenzó de pronto, me encontraba con mis amigos celebrando un evento poco usual, la nada, la nada nunca es celebrada y es el evento más común entre nosotros los seres humanos. Tomamos el auto y nos vamos a celebrar, llega un hombre que viste formal y Rosaditas que llegan en momento oportuno, su tiempo de celebración se ve reducido. Mis acompañantes ya estaban conmigo, y comenzamos a celebrar, habían muchos más a nuestro alrededor pero cuando nosotros estamos juntos, ya nadie existe. La alegría fue parte de nosotros y el ambiente trasciende en tragos, nuevos entes llegan a relegar a los otros, Nela y Manu se unen y los demás se alejan prontamente, la tarde sigue su rumbo y nuestras conversaciones cambian repentinamente, comenzamos a imaginar. Imaginamos rumbos desconocidos y países que no existirán jamás, frente a nosotros dos personajes místicos, no logramos entenderlos completamente, nos observan detenidamente con cara de deseo, nosotros sólo pensamos en ellos como una inspiración a la trascendencia de tópicos, nadie los desea. Llega mi turno de retirarme y llegar a casa a prepararme para la noche que aún esperaba por mi. Me siento ya encendido y estimulado, la noche espera por mi, y yo con ansías extasiado.
Comienza mi camino, unos ojos curiosos me observan, su boca me dice que a la vuelta estará esperando por mi, su cuerpo también está extasiado, mi cuerpo por el contrario ya tuvo suficiente, no quiere seguir reciclando.
Manu me espera con brebajes indicados, a esas alturas el frío podía penetrar mi cuerpo. Isa y prima esperaban por nosotros, nos dirigimos por fin al último destino de la noche.
Una reunión sin asistentes, nosotros ya nos encontramos con alegría en nuestros cuerpos, el ambiente no. Pronto llegan más invitados, nosotros a esas alturas ya estábamos invitando a nuevos inquilinos, enviando amor a través de mensajes confusos, palabras se mezclan, sonidos extraños, besos perversos, manos mágicas, poleras que vuelan, cuerpos que se teletransportan, brebajes gratuitos, miradas de reconocimiento, canciones del pasado, del presenta y el futuro, y yo, yo creía que podía volar, podía tocar las estrellas. Las mesas a esa altura eran propicias para entretener a los demás, bailes exóticos eran una performance exquisita, el cinturón un excelente látigo, los besos continuaban su proceso nocturno, y yo aún creía que podía volar. 
Los horas eran eternas, todo se consumía, todo se acababa, nada podía durar, mi deseo sexual se extinguió al instante, la noche debía acabar.
Nuestro retorno fue confuso, los besos continuaban, las manos aún eran mágicas, la alegría aún era parte de nosotros, cuando llegamos a nuestro destino las cobijas se apoderaron de nosotros, es hora de acabar el viaje y comenzar a soñar.

Datos personales

Entradas populares