martes, 27 de agosto de 2013

Sentimientos

Colores que se mezclan y transforman, y crean algo totalmente nuevo. Nuevas formas y deseos, nuevas palabras que se acumulan de a poco en mi garganta. Nuevos sentimientos que quedaron abandonados y que jamás remendaron sus heridas. Nuevos miedos y sepulturas abandonadas. Me trastorno con la sola idea de volver a comenzar una vez más de cero.
Más de cinco semanas, más de un año, más de mil meses, así siento el corazón, blando y sin entendimiento.
Vulnerabilidad compartida, una testigo concreto que se esconde tras de las sombras que cubro con un mantel pequeño, una harapos que he escogido presuntamente para celebrar, pero que hoy sirven para cubrir aquello que se ha desgarrado una vez más. 
Escribo por horas infinitas, pero más aún, las palabras parecen desaparecer de mis dedos y de mi boca, esos sentimientos confusos que pelean y agolpan contra mi pecho continúan moviéndose, a punto de vomitar.
Lo cierto, la confusión que llevo dentro de cada vibra de mi cuerpo es causada por una emoción que sobrepasa lentamente mis poros, que sobrepasa mi piel, mi pelo y mi ropa. Sobrepasa cada capa de persona, y afuera está, camina y juega, ya no está en mi pecho, ahora me mira directamente a los ojos, se burla y ríe en mi cara. ya nada puedo hacer. Los abismos tremendos en cada una de las etapas que me he visto forzado a atravesar, son vacíos tremendos en cada uno de ellos, vacíos que jamás han sido entendidos, son atravesados y empapados de nada.
Me mantengo en silencio por unos momentos, en solitario completamente, mis pensamientos han quedado en otro lugar, era necesario dejarlos fuera de mi. Escucho la lluvia caer lentamente, uniformemente, como silencios blancos. Canta mi alma lentamente, soplos y armónicas sin fin. El frío ingresa prontamente a través de las paredes, los silencios se van. vuelven nuevamente mis miedos.
En mi espalada se agolpa un deseo tremendo de correr, simplemente correr. Mi cuerpo lentamente despierta del trance profundo en el que lo sumí por más de una hora, la lluvia amedrenta las ideas, he quedado en blanco.
Sigo los pasos abundantes de mi persona, observo con lentitud un espacio vacío en el horizonte, iluminado tenuemente por la luna oculta tras de las nubes que cargan lágrimas con ellas, como yo lloro por dentro, no logro echarlo a fuera.
Los árboles se mueven con presura, el cielo de un color anaranjado parece presentir el volcán que tengo aquí dentro, permanece quieto para poder inspirar las palabras.
Quiero entender concretamente lo que sucede, pero me es imposible, el silencio se hace más grande y extenso, y me cubre, y me vacía, y me aplasta.
La noche tenue alumbra todo aquello que no pertenece, a lo lejos diviso sombras que juegan y entendienden. Entes de sombras y de luz que participan de la vida, y yo desde lejos observo, e intento imitar su vivir, pero me es imposible, el tiempo y mi mente han quitado parte de la vida que nunca viví, es tiempo de comenzar a expresar sin sentido mis palabras, quizás algún día, dejen de emerger con tanta velocidad y agresividad y me permitan continuar.


martes, 20 de agosto de 2013

Un día yo tuve un gran amor

Un día yo tuve un gran amor, una hora, dos días, tres semanas, cuatro meses, cinco respiros, seis palabras, siete encuentros, ocho lágrimas, nueve años.
Un día yo tuve un gran amor, de esos amores que las películas prohíben, de esos amores de libros de cuentos, de esos que nadie quiere olvidar. Fuimos un amor fugaz, yo existí siempre, siempre existimos, pero siempre por separado.
Un día yo tuve un gran amor que llenaba cada espacio de mi cuerpo y del alma. Cada palabra emergía con más poder, cada cuaderno era suyo, los poemas que emergían con lentitud desde una oscuridad ciega. Yo fui todo, los dos fuimos todo, separados eramos nadie.
Un día yo tuve un amor de esos de televisión, un amor tan grande que se quedaba fuera del corazón. El sentimiento era tan grande que pasaba horas engendrando planes hasta el cielo, llenando hojas y hojas de palabras que jamás serían escuchadas. Sus palabras era preciadas, los contornos de su cuerpo eran perfecto y se ajustaban al mío con facilidad infinita. Yo era una obra de arte del amor, la magia era parte de mi ambiente, las sonrisas, las creaciones y la naturaleza. 
Un día yo tuve un gran amor que la naturaleza y yo cuidamos por años, nueve años para ser exactos. Sinceridad absoluta en cada segundo, canciones que emergían desde lo más profundo de mi, inspiración divina. Sus ojos eran inmensos, profundos y engendraban una red de seducción total. Su sonrisa tosca y verdadera, alegraba mi día, mi noche, mi tarde y mi mañana, cada segundo era preciado para amar.
Un día yo tuve un gran amor que nunca me amó, todo era perfecto, yo siempre le amé con un inquebrantable ímpetu, tediosos, meticuloso, metódico y apropiado. El amor siempre estaba ahí, siempre quería más, exigía sacrificios más allá de lo divino y lo terrenal, yo intenté dar todo por mucho tiempo, pero aún así, todo nunca fue suficiente, hasta que se fue y nunca más volvió.
Un día yo tuve un gran amor que desapareció, se desvaneció en la neblina matutina, se fue a volar por el norte, y no quiso volver.
Un día yo tuve un gran amor que se perdió en la inmensidad del mundo, cambió su nombre, sus ojos, sus labios, y se casó con la oscuridad; yo aún le busco para despedirme.
Un día yo tuve un gran amor, jamás lo voy a olvidar.



sábado, 10 de agosto de 2013

Alma fauna

Inverosimilitud esparcida por la tierra como lluvia en un día de tormenta, rayos de credibilidad en una amplitud establecida de ante mano, y yo, un armadillo en un mundo totalmente ajeno al dolor ajeno. 
Cuento con espejos del alma, en ellos mi reflejo se ve atormentado por todos aquellos recuerdos y las memorias que de a poco se acumulan en tantos desvanes como canciones sobre ellos. Quiero comenzar una nueva historia, quiero poder olvidar todos aquellos detalles que con tanta dedicación he aprendido a través de un camino que no ha estado exento de sentimientos que muchas veces se confunden y se esmeran en ser desapercibidos. Un corazón me espera a la vuelta de la esquina, un corazón nuevo, el que tengo de por vida ya está cansado, desilusionado y solitario.
Una vez en la cima de una montaña prometí siempre hacer lo que mi corazón quisiera, y siempre lo he hecho; el problema es que mi corazón no siempre acierta en cada una de sus decisiones, he dejado de tomar riesgos y siempre me encuentro tomando aquellos caminos que se sienten mas seguros, que en general incluyen la soledad como acompañante.
Me he lastimado tantas veces, tantas heridas de vida, todas ellas sin curar, sin sanar, sin entender, jamás aprendí. Anoche, mientras me encontraba rodeado de persona, preferí alejarme y entender el minuto en soledad, me alejé tantas veces antes que la lluvia ahora solo podía cubrirme mientras los demás se sentían hundidos en alcohol.
Las palabras estaban frente a mi, dos acompañantes fieles también, ellos veían de a poco como mi cara se deformaba, algunas ideas solitarias querían lucirse en frente de ellos, decidí partir antes que ellas pudieran extenderse, pues sólo yo les conozco y me da miedo que el mundo también lo haga. Me vencen al final, y salen disparadas como dos balas con destinos decididos previamente, y se enfrentan entre si, mis acompañantes se sofocan ante tantas palabras, me entienden y desentienden a cada momento, muchos sentimientos se mezclan en sus cabezas, lo sé, la palabra muerte siempre asusta cuando las ideas son tan radicales como las mías; desaparecer en medio de una noche y volar desde un puente para no volver a hacerlo nunca más, algún día lo haré.
Los recuerdos se disipan con el pasar de las horas, las palabras se sientan a pensar en nuevas formas de expresión, y yo los dejo descansar de mi, aún para mi de pronto es demasiado, mi cama me espera perpetua y en silencio.
Mi alma flora ha satisfecho con creces sus expectativas, las flores emergen en cada esquina de mi cuerpo y los árboles son alimentados con exquisita delicadeza para perpetuar su existencia dentro del ecosistema que tengo por cuerpo. Pero el alma fauna, aquella con impulsos animales tan fuertes que ha sido relegada y ocultada de mi, puesta en un lugar oculto, para evitar la sensación de alimentar al instinto que llevo dentro, con furor, con rencor, con pasión y encanto. Esa alma se encuentra en descanso por ahora, no estoy preparado aún para lidiar con ese tipo de inconvenientes aún.

domingo, 4 de agosto de 2013

Alma en códigos

Mi alma hoy día despierta y descansa, algo diferente en las horas presentes. Con el pesar del día, las palabras en la cabeza avanzan como ideas, senderos que se abren y caminos que se crean como causas perdidas en el mundo, últimas advertencias. Humedad clara que procede con tímida rapidez, avanza de manera intensa y se aproxima al lugar exacto donde las ideas se han acumulado, encuentra un nicho y expande un temor, con ello lágrimas, y con ello pena; mi alma está llena de penitas que están presentes en cada segundo del día, ocultas del mundo, ahí, dentro de un cofre secreto, nadie las conoce, nadie las escucha, yo no quiero hacerlo, ellas no me necesitan porque siempre se hacen presentes.
La pena se hace evidente, se encarga de amargar el té que he preparado para poder tentar al cuerpo y adormecerlo por unas horas, pero me es imposible, la pena es mayor. Mis lágrimas pequeñas caen una a una, los demás observan con tentación mi cara; tentación profunda de entender mi comportamiento errático, pero nadie me entiende y no quiero que lo hagan, mi mayor secreto soy yo sin ellos. 
Respiración profunda, corazón acelerado, y pensamientos abstractos completamente, es imposible continuar en la misma habitación, permanezco inmóvil y ausente a toda opinión, entes completos y complejos analizan las situaciones de la vida cotidiana con tanta naturalidad que atreverme a opinar sería completamente descabellado, no puedo entender las palabras que salen de su boca, ya he llegado a un estado totalmente ausente, es hora de partir. Tomo mi bicicleta, y salgo al encuentro de la incertidumbre. 
Con rapidez conduzco, pedaleo sin precaución, sombras a cada vuelta, los árboles que se mueven de un lado a otro, una tormenta espera por todo aquel que se atreva a salir, yo airoso me siento privilegiado; un espectáculo de la naturaleza frente a mi, inspiración pura. 
El camino se hace extenso, no sé que busco, tal vez acelerar a mi corazón con tanta fuerza
que sea capaz de expulsar a pulsaciones las preocupaciones banales de mi cuerpo, o tal vez cansar mi cuerpo a tal punto que mi mente deje de funcionar en estado emocional absoluto y comprenda que el estado físico es mayor y permitido, no lo sé. La oscuridad en progreso permite esconderme entre las sombras, no es bueno que las personas vean tanto sentimiento junto en los ojos, el velo jamás debe caer, ocultar hasta el fin.
El viento y el frío se hacen presentes, me empujan cuando es necesario y me detienen cuando el camino se hace absurdo. He partido sin destino, pero en el camino comprendo que hay un lugar en el que quiero estar ahora, se encuentra oculto en el río, he estado ahí tantas veces que es parte de mi. Llego por fin a mi destino, él está ahí, un monstruo grande y descuidado, tan profundo y lleno de habitaciones, un edificio abandonado en la costanera, ha estado ahí por años, abandonado a la espera de un nuevo dueño, pero nadie ha tomado en serio su valor, sigue en estado invisible.
Una canción llena mi mente frágil de recuerdos, de bien, de mal, de totalidades y pedazos inexactos, memorias que invento y creadas a partir de una realidad jamás absoluta, resoluciones finales a cuentos que comencé a escribir hace mucho tiempo, tiempo muertos e indefinidos, sentimientos que encerré por años en frasquitos tan pequeños que los perdí en el camino, mudanzas de piel y de alma, prestaciones, valores, conquistas y fracasos, todo sale y se enfrenta y lucha por sobrevivir, tienen miedo de volver a esconderse en mi mente tras los miedos que tengo, que son mayores en cantidad y en volumen. Desde que era un niño guardé tanto en mi, tanto en mis posibilidades de cajón de recuerdos, que puedo hacer un mar entero de mi vida, escribir una historia me parece inevitable, aunque los detalles son tantos que podría perderme en uno de ellos y jamás escribir el fin. 
Yo, en mi entidad invencible, pretendo entender en mi totalidad una determinación absurda; ese edificio muestra su mejor cara para mi, cada habitación tan obscura y vacía, tan llena de nada, tan llenas de secretos e historias por contar, por inventar; cada una de ellas con personajes, voces y caracteres tan complejos y únicos, cada uno de ellos debiese celebrar. Un par de horas pasan, el frío vuelve a mi cuerpo, el edificio se despide de mi, debe volver a dormitar en estado eterno, es hora de regresar. EL río se hace presente, con un oleaje digno de ser presentado y celebrado, el viento se hace más fuerte esta vez, frena con mayor fuerza mi viaje, tal vez espera que cambie de opinión y me una a su viaje, aquel viaje que algún día realizaré, me iluminaré en los cielos infinitos y jamás regresaré, pero algo me dice que hoy no es el día. Una bandada de pájaros blancos se esparce en el río, se reencuentra en el cielo y desaparece entre aquellas nubes cargadas de grises, una segunda bandada hace lo mismo, y una tercera, cuánta belleza encarnada en los animales que iluminan el cielo en una noche gris, cada grupo persigue a los demás sin siquiera entender el camino, solo avanzan hacia lo incierto, tal como lo he hecho yo esta noche.
Las tentaciones se hacen presentes, pero esos pedazos de alma que se desprendieron en el viaje son más importantes de remendar. Llevo años intentando unirme, pero cada vez que me siento completo, destruyo lo que había y lo daño, cada trozo es utilizado para remendar lo que he quebrado, que cada vez se hace mayor, ya no sé que está bien y que está mal, cada acción que realizo con incoherencia es razón para sufrir y escribir. Tal vez debo alejarme de todo aquello que me inspira, la inspiración de hoy me llevó a realizar semejante viaje.
Sufro por amor desconsolado, sufro por pertenencia ajena, sufro por pena externa, por felicidad confinada al vacío, sufro por lo terrenal y lo divino; mi alma sufre tanto tanto que exculpar mis pecados se hace imposible, pero no puedo evitar sufrir, así vivo, en agonía eterna.
Llego a un brazo extendido de la soledad, la oscuridad ha tomado un trozo del camino esperando tentarme, pero hoy no es el día, el camino es extenso y debo retornar a casa con prontitud. Esperé por horas que la lluvia empapara mi cuerpo y exculpara mis deseos, que pudiera lavar aquello que es ajeno, lo colectivo, lo que no es esencial, pero jamás se presentó, mi sudor me indica que el frío se hará presente y no me dejará avanzar, en el miedo avanzo y pedaleo, el fin del camino se acerca y yo no puedo no avanzar y dejar pedazos inservibles en el camino, quizás en el futuro pueden servir a alguien más para encontrar respuestas propias. El día terminar y es hora de dormitar.

sábado, 3 de agosto de 2013

Estados dispersos

Un ente, una noche, un poema y una canción, todo organizado de acuerdo al itinerario de la vida, sin paciencia. Creo avanzar con el tiempo, la soledad se hace cada vez más duradera, aquél estado en el que me he inmerso tantas veces antes, y de el que he luchado por egresar con honores, pero al parecer es mi estado natural, los demás lo perciben, ya me conocen, pueden analizarme con sólo observarme, para ellos siempre seré alguien, pero nunca su alguien, yo soy yo y yo y yo, una relación avanzada. 
Desconozco todo compromiso, incentivo con una fuerza tiránica el deseo de avanzar, en solitario, una pieza musical única y sin sentido, una camino que ha sido forjado por años de desconocimiento de bases sociales retóricas, banalidades.
Esta noche encuentro nuevas palabras, nuevos sentimientos emergen, nuevas canciones que llenan esos pedacitos de alma que aún se encuentran divagando por retornos. Mi cuerpo y yo nos entendemos, y comprendemos a los demás, lentamente comienzo a entender el proceso inerte de la libertad, un concepto tan abstracto, tan desconocido, tan falto de análisis, que me pierdo e intento continuar.
Una invitación simple desató en mi un sentimiento de encanto, un encanto tan abstracto y complejo que fue analizado y comprendido en un lapso de tiempo tan largo que tuve que detenerme en muchas estaciones. Un sentimiento con el que me reencontré después de mucho tiempo en receso, en estados perturbados, una señal después de mucho tiempo. Un sentimiento ajeno me invadía, y decidí aceptar un reto mayor al dispuesto, creí poder cumplir cada meta con devoción, con agonía, pero no fue así. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, todo pudieron observar con exactitud mi latitud desenfada, una máscara que he utilizado por tanto tiempo que se ha hecho parte de mi, de mis telares imposibles, soy un trozo de arte que ha buscado por mucho tiempo ser incomprendido para poder tener un valor mayor al otorgado, sobrevalorado desde cada ángulo que pueda analizar, un estúpido que encontró en aquellos números ausentes de mi vida una respuesta a mis preguntas.
Mi cama protege, el itinerario ha finalizado, las dudas disipado con exactitud, la magia se ha sumergido tan profundamente que la ilusión se puede entender desde lejos, el cambio es inminente. Me he perdido por mucho tiempo en una lucha sin sentido. El abandono no es total, aún me encuentro en mi mundo con la paz con la que comienzo cada día.

Datos personales

Entradas populares