Recorridos vanales

Se nubla el cielo mientras mis ojos observan al finito, mis emociones me abrazan con fuerza y la lluvia comienza a caer. Recojo a ente y junto a un café nos sentamos junto a la rivera del río, al observar aquellas caras grises que se desvanecen en paisaje comienzan a desvanecerse en lágrimas vanas. 

Nuestros pasos se dirigen al final, mientras caminamos, un paraguas nos cubre, y nuestra sonrisa disfraza nuestra curiosidad, los árboles disimulan la falta de color en esta época del año, y las parejas posicionadas como de revista en las bancas presagian el final del día. El Jardín Botánico nos cobija y nos entrega algo que retratar mentalmente, las palabras lentamente renacen, los adjetivos flotan en el aire, los verbos se ahogan en las pozas de agua, y me desvanezco en pena.

La luz lentamente se aleja, al cruzar el puente la único que alumbra mi rostro son las luces, pues su luz desapareció. Las gotas de lluvia parecen vaticinar mis pasos, el entorno una vez más florece, pero es sólo por segundos.

Mis pasos solitarios a esta altura, continúan su marcha por General Lagos, me espera un largo camino pero los pensamientos no me dejan tranquilo, debo callarlos. Las luces alumbran mi camino, pero no mi alma. El barro cubre el vacío de lo que queda atrás.

Llego a casa, tomo una ducha y a dormir, mañana será un nuevo día para comenzar.

Sobre

Las luces del mundo hoy parecían brillantes, durante horas parecieron escabullirse miles de oportunidades a través de un sobre que llegó a mis manos y que contenía solo felicidad.

Llega la noche y la felicidad no desvanece, no desvaría, no cambia ni intercambia, solo se regenera de nuevo, pero se transforma, se mimetiza, se caracteriza de tranquilidad, de paz, de calma. Miro al horizonte desde mi ventana y una montaña oculta la belleza de las praderas, esa belleza de la que el sobre me trajo, belleza real y natural, entonces entiendo, mis palabras pueden transformar mi mente, si no hay tristeza en mis palabras no habrá en mi corazón, y la alegría de ellas se une y alimenta la alegría de mi alma.

Esta noche podré dormir tranquilo esperando a las ovejas que cada noche vienen a acompañarme en la soledad nocturna.

Minuto a minuto

Pasé 5 días encadenado al tiempo, pasé 5 días repasando mis días, pasé 5 lentos días analizando mis actos, pero pasé millones de segundos entendiendoME!!!

Cada vez que mis piernas se mueven entiendo la sinergia que presento día a día, esos actos inconscientes e inconsecuentes que realizo, a cada respiro siento un alivio, y con ese alivio viene un respiro profundo, y me doy cuenta que me he superado finalmente.

Mi realidad pasó por mucho tiempo encadenada al pasado, viví por mucho tiempo en silencio mis penas, capturé los sentimientos de pena tristeza y los encadené a mis pies, para caminar de forma segura, para poder recordar a cada minuto que la vida era más dura de los que recordaba, pero inconscientemente zurcí mi piel capa por capa, hasta llegar a ser tan dura como mis pies que caminan un sendero rocoso y sin dirección aparente.

En estos días en que los silencios fueron minutos que resguardaban las barreras, entendí que había dejado de esquivar el mundo, que había comenzado a vivir nuevamente, que mi corazón había vuelto a latir con seguridad. No es mi caso que el estado depresivo haya tomado mi vida por completo, es solo que mi corazón y mi cuerpo permanecían en un estado de autodefensa que se ha autoderribado después de un tiempo por sí mismo, sin necesidad de etapas, con el solo hecho de vivir.

Busqué por tanto tiempo la respuesta a mis preguntas, pero al buscar lo olvidé y al olvidar las encontré.

Coloressssss

El viento lentamente enfría mi cara, mi piel se eriza mientras mis poros se cierran para poder resguardar el calor, a lo lejos veo aquellas montañas que me recuerdan a la felicidad, a mi felicidad, a aquellas sonrisas malgastadas en vano pero que eran puras.

Mis ojos lentamente se humedecen al sentir esto, al poder recordar lo irreconocible, lo que se olvidó, lo que ya no se recordará. Es imposible pretender que después de tanto tiempo, algo tan importante se encuentre olvidado, especialmente después de permanecer quieto e inseguro por tanto tiempo, sin ser capaz de regenerar heridas, sin ser capaz de volver a sonreír como lo hice antes.

Todos los recuerdos que guardaba bajo siete llaves han sido puestos a disposición de la pena una vez mas, y como siempre he podido volver a reencontrarme con aquel pesar tan grande que un momento inundó mi vida, pero esta vez es distinto, pues me he sobrepuesto, me he puesto de pie y dejado que el viento vuelva a ser parte de mi ser, que me llena de amor, que me adormece con aquellos colores que me recuerdan a la felicidad; naranjo, café, amarillo, colores tierra que me recuerdan, que me cuerpo aún se encuentra aquí para volver a comenzar.