viernes, 26 de julio de 2013

Astro en destrucción


Dentro de la inmensidad, me veo forjado a luz y hielo, una solución tan diáfana como el aire. La voluptuosa ecuación que me veo impulsado a realizar cada vez que la mezcla se descompone me hace sentir una explosión tan fuerte y poderosa que puedo desatar mi ira sin control; hoy fue una de esas noches en estados cósmicos lejanos. 
Tan cercano a mi órbita, como nunca, me dediqué a planear el resto del camino con tanta precisión y naturalidad, que ni el mismo escepticismo utilizado por décadas pudo derrocar; cada palabra, estrella y pedazos de luz fueron pensados con finalidad y propósito, pero el camino se derrumbó, todo finalizó. El universo se apagó de pronto, los astros que estaban a mi lado simplemente se alejaron, sin retorno, sin culpa, sin sentimiento de daño. La culpabilidad de cada ser debiese ser cargada con tanta cautela para no continuar apagando esperanzas, pero soy atraído una y otra vez a aquellos cuerpos inertes y sin culpas, yo un solitario sin vacíos, mis aperturas son expuestas y proclamadas al infinito. 
Exposición fatal al universo, solo puedo sentarme y gritar, los caminos ya no existen, los astros no existen, las estrellas se han ido, solo yo en el infinito, y el hielo se torna hierro, y duele, duele tanto que mata lo que aún quedaba vivo; a cada paso aprendo, a cada sufrimiento me acabo a la velocidad de la luz.
Finalidad sin sentido, aprehendo sin comprender, y continúo ciego, un tiempo que ha muerto, una cita con el silencio sin compasión, escucho la lluvia de estrellas alejarse con presión ejercida, nubes de metal acercarse a destruir lo que aún queda, es mejor intentar apresurar lo que sea que hago.
Mis ojos cansados se integran a mi ente cósmico, la tristeza se ve impedida en el vacío, el confort entregado por una situación impropia es distanciada una vez más, me convertí en un desastre en mi propio futuro; he amado sin sentido, he querido sin retorno, he deseado sin razón, he querido en negación, todo con segundas y terceras oportunidades sin logros aparentes. 
El universo ansía mi desaparición, él y otros entes varios, aún astros vacíos.
Ansío convertirme en una enana blanca, cuerpos celestiales con días contados; añoro tener valor, solía viajar por el universo sin remordimientos, sin nuevas sensaciones ni sentido del tiempo,hoy soy un astro sin rostro. 
He aprendido a convivir con el lado oscuro del universo, pronto podré mimetizarme y seremos uno, ya no habrá más de mi que utilizar y desperdiciar.
La complejidad exhibida una vez, hoy hecho simplicidad plena no puede ser devuelta; no entiendo, no me entiendo, no me entenderé, ¡FIN!


domingo, 21 de julio de 2013

Causa perdida

La profundidad en la que me he inmerso estos días me ha permitido ir más allá de los límites permitidos, ver el avance realizado y los daños que aún se encuentran en estado de abandono total, resultado: restauración en proceso.
Mi integridad infinita se compone de tantas partes, de tantas piezas completamente distintas que es imposible ver el todo cuando te encuentras reparando aquellas que aún se encuentran débiles.
Comencé por lo primordial, ¡mi vida!. Todo en ella era superficial, sucio, barato, sin valor, todo estaba mal, no tenía forma ni color. El valor de cada posesión ascendía a valores que ni siquiera yo entendía, nunca fui yo, nunca entendí completamente lo que era, en lo que me había convertido, en la luz encontré la oscuridad en la que me vería inmerso al final del camino; esa luz, nunca fue realmente luz, solo era fantasía. Cometí errores, eliminé el pasado, borré mis huellas, y me encontré inmerso en lo esperado: el desconocimiento y la pena. Por meses me sentí totalmente desesperado, solitario, en constante desvalorización, en una profunda introspección, toqué fondo más de una vez, pero al final sumergido en dudas, me salvé.
Luego vino mi autoestima, a esas alturas olvidada, sumergida, hecha trizas, oculta. Una tras otra, piezas distintas, sin entender, sin camino, sin fuerza, todo un rompecabezas. A cada situación expuesta al abandono, fue más fácil escapar que presentarla ante el mundo, ella se escapaba sin retorno, yo nunca quise buscarla por miedo a dañarle aún más. Al final decidimos enfrentar una pared gigante frente a nosotros, cada uno con más heridas que antes, pero unidos una vez más.
Pero al parecer no he podido restaurar mi yo del todo. El dolor aún permanece quieto, en constante resolución, en construcción de destrucción, paso a paso cubre lo que aún no ha sido reparado. La oscuridad sumerge los vacíos, y nuevas extensiones son creadas, damnificadas. 
Al final de cada día, esa crónica oscuridad se hace presente al comenzar algo nuevo, porque en la construcción nada permanece, nada se transforma, nada se regenera. Me he vuelto incapaz de crear, y un experto en destrucción total, toda una causa perdida.

miércoles, 17 de julio de 2013

Juntos

Creación infinita, sabiduría basta, experiencia finita, una mezcla inexacta, un momento, un minuto de silencio que deja de existir, y sólo eres. 
Miles de rostros observan atentos, a mi lado solo melodías, un camino largo y distante, un monstruo gigante que me observa desde las alturas, lo fotografío y me invita a conocer sus colores, yo los observo y me detengo otro minuto, el río fluye con mis pensamientos. 
Miles de ellos, sentados, observando, criticando; yo, melodías, y un camino. El cielo se torna rosa, un amor desperdiciado que sube lentamente, la soledad me observa con ansias, siempre se encuentra junta a mi, yo no puedo resistirme.
Recuerdo ojos, labios, palabras, dos cuerpos y una figura aunada; pero aún así, no puedo resistirme y me dejo tentar por la soledad, me alejo y se queda ahí, todo el amor desaparecería algún día, me excusé en reiteradas oportunidades, ahora se que es un problema.
Un sonido intermitente en mi cabeza, una y otra vez, su voz, me relata mis decisiones, mis errores, ahora lo veo, me inundan el cuerpo hipotérmico. Recorro el mundo lentamente, armas poderosas poseo, pero las utilizo una y otra vez en mi contra, jamás he disparado en contra de otros. Mi miraba como si me conociera de toda la vida, sus palabras eran las mías, sus miradas eran reconocidas, su cuerpo y el mío eran dos pedazos de un puzzle en construcción constante, todo era perfecto, una creación infinita, pero lo arruiné. 
Mirar al universo con un cigarro y la luna, sus manos eran las mías, mis errores eran un cuento que debía ser olvidado, pero yo tenía miedo, yo tuve miedo, yo tengo miedo, yo tendré miedo, tiempos verbales que conjugan mi ser, con miedo.
Regreso lentamente, tengo miedo de tropezar con más recuerdos, pero las lágrimas no se dejan esperar, ellas siempre están ahí esperando la oportunidad perfecta para entregarse al viento, el frío las congela, como una vez yo congelé el corazón. No sé cuando tomé esa decisión, no volver a entregarme por completo nunca más, quizás fue, si lo sé, si fue.
Un cable sostiene mi regreso, un triángulo que promete entender mi camino y guiarme, miles de rostros que vuelven a observar, lentamente avanzo hacia el fin del camino, como una banda, el río y el cielo crean un universo lejano y un retrato hermoso, intento fotografiarlo, y lo hago, pero la fotografía no logra capturar lo que siento por dentro, está vacía.
Los pensamientos juegan frente a mi cuerpo, corren y saltan y hablan fuertemente, los demás no pueden escucharlos, lamentablemente no pueden. 
Al volver, un camino más certero se presenta, tengo miedo, tengo frío, y de pronto, nada. Un extraño sentimiento de culpa me rodea, todo lo que he hecho está aquí, toda la maldad esparcida, todo el desamor, el sufrimiento, los juegos, todo el mal, en mi cabeza por un segundo, y por algunos minutos, sólo por un par de minutos eternos, puedo morir, quiero morir, pido morir, sin explicación, morir morir morir, todo está vacío y sin sentido, todo está descubierto, entiendo todo, el fin, la vida, todo.


lunes, 15 de julio de 2013

Estampidas

Observo a las personas, una tarde cualquiera se presenta con relativa normalidad. Mi bicicleta y yo hemos decidido dar un paseo por la ciudad. Amantes, amores, amigos, estudiantes, afligidos, hermanos, padres, y yo, todos avanzan, todos se mueven, todos sin excepción.
Observo con empatía a todos, intento entenderlos, intento ser ellos, pero mi prisa es mayor a mi curiosidad por entenderles del todo. 
Es difícil ser ciclista en Valdivia, nadie parece entenderte, los autos continúan, los peatones no te quieren en su lugar; no debería estar ahí, pero lo estoy.
Es tiempo de separarme de mi bicicleta por algunos minutos, debo avanzar hacia donde ella no puede llegar. 
Me posiciono detrás de una estampida de gente, y pienso en ellos, todo tan unidos, tan parecidos, tanto en común, y no se conocen, y probablemente jamás lo harán. Pienso en la originalidad como una corriente común estos días; todo el mundo intenta ser original, único e irrepetible, pero nadie lo es realmente. Entonces me pregunto, ¿qué es la originalidad?, me respondo inmediatamente: ¡NO EXISTE!, (por lo menos es esa mi percepción). Todos vestimos, todos vivimos, todos respiramos y comemos, aprendemos a hablar a través de la imitación, incluso nuestra forma de reír, los estilos vacíos y los que provienen de contenidos universales, el cosmos, todo es repetido, reinventado y apropiado, nada es original. Hay quienes intentan entender el mundo de diferente forma, y lo logran, yo los admiro, son valientes, seguros y atrevidos, una mezcla unísona en disonía. 
Caminaba por las calles pensando en ello cuando veo una persona de color, todo el mundo lo miraba desde lejos, pero al acercarse bajaban la mirada, como si su color de piel les incomodara. Una persona sin una pierna pasaba de tienda en tienda feliz buscando su nueva adquisición, todos sonreían al verla, pero una vez que ella se alejaba, yo podía oír palabras que me herían incluso a mi, cuánta hipocresía en el mundo.
Permanezco inmóvil por un par de minutos, me permito re-evaluar mi destino. Me harté de esta estampida, me cansé de entender, es hora de retornar a casa.

domingo, 14 de julio de 2013

Follow up

Cinco, seis, siete, ocho, ¡hora de levantarse!. El sol ilumina y me indica que es hora de comenzar. Luces grises iluminan mi andar, pero se tornan en todo un arcoiris al llegar. 10 de la mañana, Nati y yo posicionados para comenzar a vender nuestras pertenencias y poder costearnos. Todos observan, lentamente todo desaparece, nuestros bolsillos ya se encuentran felices, es hora de partir. 
Mi tarde inicia en mi cama, mi cuerpo necesita descansar un momento; yo lo prolongo por cuatro horas más.
Despierto y es hora de continuar, soy arrastrado a un evento único, 15 personas celebran y disfrutan, yo sólo puedo observar el reloj para que el pueda darme una pista de cuando podré escapar. Finalmente mi rebelión me invita a abandonar, los vasos continúan coqueteando con los asistentes, no han sido capaces de seducirme.
Nika, Nico y Maruja me esperan finalmente. Recorremos puentes, recuerdos, memorias, discursos, lugares, eventos, la niebla, las calles, sin paradero evidente, nosotros tenemos la capacidad de crear, ellos no tienen nada.
Las palabras emergen como pincelazos que crean y destruyen, los recuerdos alimentan nuestra capacidad creativa infinita, al fin decidimos emprender un viaje. 
El mundo nos acompaña, queremos compartir con ellos parte de nosotros. Risas, falacias, estigmas y paradigmas, todo es entregado y compartido de forma única. Iluminados y en apogeo, nuevos entes se detienen a entendernos, la fiesta se torna en una orgía de decisiones incoherentes e inertes, simplicidad absoluta frente a los demás. La divinidad se presente en un mal momento, cinco de la mañana y los asistentes procuran continuar su camino, yo y otros entendemos y deponemos la invitación, aún no es hora de partir. 
La madrugada me entrega nuevas sorpresas, nuevos entes, invitaciones totales y parciales. procuro tomar nota de cada sentido, podría olvidar alguno posterior a esta noche que casi acaba.
Seis de la mañana y todo termina, soy cobijado al final de una noche de excesos, esa es una historia que me pertenece solo a mi.

jueves, 11 de julio de 2013

Dos días


Mi cuerpo permanece en calma, los ojos lentamente comienzan a despertar, por la cresta me quedé dormido. Prometí estar a las 9 de la mañana ese día en la universidad, tuve que tomar mi bicicleta y realizar el viaje mucho más rápido de lo esperado, que generalmente significa escuchar menos canciones de mi playlist, lo cuál ya me apesta. 
Llegué a la universidad 20 minutos, con muchas ideas en mi cabeza a causa de todas las ideas que brotan en mi cabeza una vez que mi viaje diario comienzan, historias, videos, canciones, poemas, películas, libros, pinturas, etc., todo tipo de expresiones con las que podría día a día plasmar parte de mi vida y los sucesos, no puedo permitir que estos recuerdos se desmoronen, no es justo lastimar tanto pasado, él también permanece conmigo omniscientemente. Todos los favores son devueltos y entregados personalmente, por fin mi día a finalizado y puedo comenzar a oscilar. 
Una cama fría y entretención creada a partir de ideas ajenas, acciones que postergan mi tarde. Recibo una llamada y una invitación que no me atrevo a posponerle, yo y mi hiperactividad necesitan salir.
Mi bicicleta, fiel compañera escapamos lentamente a la liberación total y parcial, dos términos que jamás deben entrelazarse en el tiempo cósmico real, han sido extendidos y derrocados, utilizados al mismo son. Recorremos parte de la ciudad junto a Manu para poder lograr el acometido de la noche, escudarnos en la alegría prestada para poder acceder a la oscilación determinada.
El tiempo fue un préstamo sin devolución, pero las palabras fieles amigas nos distrajeron de él. Nico por fin ha llegado a guiarnos a la última estación de la noche, cuatro paredes, cinco vasos, cinco personas, un cigarrillo, mucho alcohol, y otras pertenencias. Los secretos fueron parte de la velada, noticias y acuerdos, un viaje iniciado que no podía parar. 
Noche oscura, lluvia que cae y se desvanece, brebajes que encuentran una estancia segura, humo humo humo que sopla, el aire se lleva, mi garganta está seca. Sigue el viaje, el tren mantiene su ritmo, un pasajero más se entrega al tren, un sillón que habla de mas, una estación que cambia con el sonido de los heirz, de 440 a 432 para mantener el equilibrio natural con el universo, madre real y primera de la creación. Las palabras ya no se entienden, balbucear por hablar es como entender por comprensión. El cuarto cambia de de forma, está oscuro pues es hora de descansar, los inquilinos han huido de la pausa nocturna, nadie se quiere detener. Abro una vez más los ojos, otros me acompañan aún. Realizamos los deberes necesarios para poder terminar con el comienzo y continuar; un nuevo invitado se hace necesario, es invitado con dificultad, pero su transporte es encontrado con dificultad. Iniciamos un nuevo viaje cósmico, la alegría se apodera insensatamente del aire, imágenes proyectadas, diálogos eternos, caminos que llevan una eternidad siendo recorridos, recuerdos, canciones, pasado, presente, futuro, nombres, fechas, promesas, citas, fornicadores e impuros, por la cresta me perdí del centro.
Llega la hora de acabar el viaje y comenzar uno nuevo, mi bicicleta se hace necesaria. La oscuridad cubre la noche, un manto delante de mi se impone, pero no es suficiente, ingreso en ella y egreso intacto, he llegado al fin. 


martes, 9 de julio de 2013

Asientos

Hace un tiempo leí un artículo muy interesante sobre la "Teoría de la ventanas rotas", artículo que no comprendí del todo la primera vez, pero con el tiempo comencé a descifrar muchos de los patrones con los que esta sociedad vive a diario, cuando algo está quebrado, una turba viene y lo deshace por completo, desbordando las energías en un caos digno del apocalíspsis infinito.
No pude evitar preguntarme que otros patrones nos indican el vacío cósmico que en nosotros se encuentra presente, y me enfoqué en una de las rutinas más comunes en Valdivia, el viaje en micro.
En Valdivia es común trasladarse de un lugar a otro en micro, los recorridos son muy cortos y el pasaje para nosotros los universitarios es mucho más barato, dándonos la oportunidad de ahorrar para nuestros pecados propios. Pero no pude evitar notar el enorme vacío que se centra en estos viajes, las personas no hablan entre si, no se conquistan, no se detienen a analizar al otro, sólo los ignoran y pretender que no existen, cuánto dolor en el mundo.
Una vez leí sobre un hombre que salió a la calle determinado a matarse, sólo una sonrisa de cualquier persona le impediría de llevar a cabo un suicidio, conclusión nadie le sonrió y el se mató.
Lo mismo hacemos a diario, ignoramos a los demás y preferimos guardar uno de los asientos a nuestra soledad en vez de cederlo y contribuir en parte al día de los demás, nunca está demás. Cuanta ignorancia en nuestras vidas, el hombre es malo cuando no sabe, por eso debemos saber y no herir. El mundo está lleno de personas esperando una sonrisa, una asiento, una palabra, un saludo, un agradecimiento, un abrazo, un beso, una caricia, un amor. 
Hoy, mientras me trasladaba de un lugar a otro con sorpresa y rabia observé como los pasajeros que se encontraban en los asientos resguardaban con recelo uno de ellos para su soledad y en el otro su cuerpo vacío, los demás con desdicha de pie y con caras de soledad, nadie piensa en ellos. 
Hemos olvidado la alegría del pasado, las sonrisas de viajar, el encontrarse con seres distintos y con palabras de creación cósmica, invitaciones a parques y fiestas, miradas cómplices, voces enérgicas, sonrisas genuinas, alegría rebosante, amor delirante. Cuánta vida existió y se extinguió.

lunes, 8 de julio de 2013

Teresa

Me encontraba finalizando el día cuando diviso a lo lejos una luz brillante, era Steff que se dirigía a la universidad a ver como su mente era premiada por su conocimiento, así es que decidí unirme al festejo.
Dos almas solitarias en una pieza con sillones y una ventana que nos dejaba ver parte de un edificio en ruinas, maravillosa vista y compañía. Platicamos de lo divino y lo terrenal, prometimos viajes y encuentros, unas palabras y unas cervezas, todo era amor.
Nos detuvimos a pensar en nosotros por un segundo, cuando ella y yo estamos juntos somos brillantes, no hay nadie que brille más que nosotros dos; descubrimos el conocimiento a través de las rendijas del aprendizaje, el conocimiento universal jamás será un enigma para nosotros, de lo divino y lo terrenal ya conocemos bastante, para nosotros nuestras almas en pena y puja son un enigma.
Gotas de cambio caen lentamente por fuera, los vasos y los cigarros se acaban pronto, y las miradas ajenas de deseo aumentan, me siento observado desde otro salón, pero hoy es día de conocimiento, no puedo pararme a alimentar mi ímpetu por ahora, esas son historias reservadas para días de soledad, con Steff jamás he experimentado eso, su sola presencia produce en mi un efecto ensordecedor de paz.
Mis inquietudes con ellas son naturales, y pueden detenerse en medio del salón a pavonear su tamaño (pues mis dudas son tremendas y muchas), Steff lentamente reúne los argumentos para contrarrestarlas  las toma desde la ventana y las deja caer al pavimento, ellas mueren lentamente y mi ego lentamente retoma el rumbo, cuanto alivio. El amor para nosotros se ha vuelto crónico, siempre estamos en busca de alguien quien pueda amarnos aunque sea por un segundo: el sólo oír basta con entender cuanto amor nos falta por el conocimiento y la virtud de existir.
Nuestros entes son similares e ineludibles, cada uno tiene un color propio que brilla con ímpetu crónico y resiliente, dos almas enteras dispuestas a luchar contra el mundo y las estándares propuestos, lo hemos hecho muchas veces antes y lo haremos por la eternidad, no hay nadie que pueda entendernos y contrarrestar nuestras armas.
Al final de la noche un abrazo cierra una celebración, yo y ella hemos vaciado nuestra información y debe ser procesada prontamente, pues siempre habrá una nueva celebración que inventar.


domingo, 7 de julio de 2013

Niño estúpido

Soy un imbécil de primera categoría, un desamor aprendido y perpetuado, una soledad que recuerdo, una lección que recuerdo, una eternidad que olvido. 
Todo comenzó un noche en que dos almas se suponían encontrar, dos almas se encuentran y se reúnen, que celebran; otros entes se unen a la fiesta, se encuentran y se despiertan en la oscuridad perversa, perdidos. La oscuridad trae alegría, y los brebajes algo más. No hay amor en el aire, no hay desamor en el olvido, sólo una alegría ajena, y sonrisas que no traen más que recuerdos vanos. 

Yo me quedo ahí, esperando la nada. Esperando lo que para mi significaría algo, pero era la nada. Y yo con mis sentimientos hipócritas, políglotas, endógenos, andrógenos. A esas alturas, aún creía que el mar es mar, y que la tierra es tierra, debí haberme quedado en casa durmiendo. Cuánto vacío en cada palabra, cuanto desacato a las reglas naturales de mi ser. El desprecio se vuelve crónico, cinco veces, siete veces, ocho miradas, nueve penas, una canción. Comprendo finalmente el mensaje oculto, aquél mensaje que entregamos plenamente en nuestro lenguaje corporal y de señales ocultas, olvidando que no somos políglotas, el lenguaje corporal oculto es un desafío para mi. 
Mi cara de a poco demostraba un miedo a ser descubierto en vulnerabilidad absoluta, no podía permitirlo, son seres que no merecen conocerme del todo. Una llamada catapulta mi salida de ese antro de oscuridad perdida en el universo de paz, escapo raudo y camino por calles vacías y llanas hacia un destino incierto y poco convencional.
El sol aún no salía, y yo caminada en melancolía absoluta, que patético. El frío penetra el cuerpo, mis pies continúan su camino infinito, sin retorno, sin rumbo, sin plan, sólo un sentimiento de nostalgia pura por el ser completo. Una lágrima diabólica y pequeña se asoma y quiere salir a concretar el pacto, yo no se lo permito, la debilidad no volvería a apoderarse de mi, jamás, sólo lo permití por un segundo, se acabó. 
Han pasado 2 horas, me encuentro con nuevos seres llenos de luz, la alegría vuelve a mi, la sonrisa una vez extrínseca, se vuelve intrínseca, les agradezco, son un templo de paz. 
La noche acaba y el sol me cubre, la hora de dormir ha llegado, comenzar un nuevo día con una nueva lección, debo eliminar ahora lo que aún queda.


miércoles, 3 de julio de 2013

Una mañana y una canción

Una mañana, una cama, un abrazo, respiros, sabores, un solo recuerdo.
Mi alarma suena a las 7 am, irónicamente recuerdo que puedo seguir durmiendo pues no tendré clases, pero mi alarma es la canción que más recuerdos trae a mi mente en una mañana fría y lluviosa.
Junio de 2007, mi energía pacífica con un éxtasis latente logra encontrar un reflejo puro, sexo y caricias nuevas, palabras que incrementan la libido a esas alturas en propulsión, ojos que reflejan deseo interior, yo en estado de catarsis insólita, el sueño inunda mi alma, sus labios inundan mis labios, su cuerpo los vacíos, su ente mi rincón único en el mundo.
Cuánta magia, cuanto sabor, mi vida se encontraba en constantes cambios, su piel se asemejaba a la pureza, mi mente a esas alturas era un enredo de emociones, encontraba lo que buscaba en una sola persona, algo nuevo en mi.
El deseo era constante, subliminal, mágico. Las luces parecían distintas, iluminaban un escenario construido para mi, sus manos me guiaban a rincones inhóspitos, el tiempo corría tan rápido, sus palabras me envolvían en papel arrullo. Nos encontrábamos solos en un lugar rodeado de personas, su olor me atraía a la liberación, no había conocido hasta ese momento la libertad total y absoluta, su ente me llenaba y me liberaba, yo encantado y enamorado. Habitaciones oscuras que iluminábamos solo al estar juntos, encontrábamos las maneras y las formas, creábamos nuevos desafíos, los cambios eran constantes, los lugares nunca fueron los mismos, una ciudad construida a partir de un deseo; yo aún no me encontraba totalmente preparado.
Un beso sellaba mis pensamientos impuros, sus manos los devolvían y guiaban a su antojo, yo sólo era el aprendiz absoluto, nunca dejé de aprender.
Esas noches terminaban en un desnudo total, yo siempre estaba desnudo, nadie había conocido quien era tan a fondo, tan detalladamente, en todos los sentidos posibles.
Al llegar el día la luz era siempre blanca, el calor rodeaba mi energía, el viento soplaba en lugares exactos, todo era perfecto, todo era correcto, todo era desconocido, pero su vibra lo hacía ver como una rutina diaria, el fuego permanecía a mi lado por siempre.
Aprendí y desaprendí muchas veces, realicé viajes únicos, encontré respuestas a mis preguntas, la mayor parte de ellas eran incorrectas, pero acordes al tipo de información requerida. Me sentía estúpido y desencajado, no estaba acostumbrado a este tipo de estupidez y fervor crónico, pero era real, todo aquello era real, el tiempo seguía corriendo increíblemente rápido para mi, que sorpresa.
Mis sábanas me rodean y me envuelven, así era su ente, así era su cuerpo, sus palabras, bellas melodías que debían ser oídas por mi, yo era un simple aprendiz que intentó aprender cuanto pudo, que deseaba aprehender mucho más, pero me gradué al parecer, y se fue, para siempre.
De pronto desaparece, se hunde en la oscuridad infinita, intento encontrarle pero ya ha desaparecido, mi luz no es suficiente, y me apago.
Un sueño no es necesario, los recuerdos son millones, debo sentar a ordenarles e intentar encontrar un sentido lógico.

lunes, 1 de julio de 2013

Trascender

La trascendencia es un proceso usual del ser humano, en algunos se encuentra presente durante el tiempo de vida, en otros llega cuando la vida se extingue; yo me encuentro en un proceso confuso, mi cuerpo y mi mente se encuentran en direcciones totalmente distintas, mi corazón, no hablemos de él, se encuentra en receso por decepción.

Tiemblan mis hombros cuando decido proponer, un escape sexual se torna propicio para el mes, ya me cansé de no ser por miedo a ser lo que tengo miedo a no ser. Por ahora, no más caricias sin sentido, no más sentimentalismo barato, mi mente por otro lado, aún en receso, se detiene, mi cuerpo no puede cohesionar acciones sin su consentimiento, me encuentro en espera.
Me encuentro en un momento que puedo divisar en mi pasado, una etapa de deseos promiscuos incansables, un erotismo puro, una sensualidad concedida por el deseo sexual que despierta la libertad oportuna, pero me detengo al momento de concretar.
Mi cama clama constantemente por placer, mi cuerpo se erotiza a cada palabra y sonido, pero el reciclaje parece no funcionar, decido concretar mis deseos con entes que me han producido la cantidad de luz necesaria para encender mi luz interna en previas ocasiones, pero me detengo, pues creo es tiempo de comenzar a ser iluminado por nuevas existencias.
Este es sólo un sentimiento diario, las decisiones se desvanecen con el paso de las horas.



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