miércoles, 3 de julio de 2013

Una mañana y una canción

Una mañana, una cama, un abrazo, respiros, sabores, un solo recuerdo.
Mi alarma suena a las 7 am, irónicamente recuerdo que puedo seguir durmiendo pues no tendré clases, pero mi alarma es la canción que más recuerdos trae a mi mente en una mañana fría y lluviosa.
Junio de 2007, mi energía pacífica con un éxtasis latente logra encontrar un reflejo puro, sexo y caricias nuevas, palabras que incrementan la libido a esas alturas en propulsión, ojos que reflejan deseo interior, yo en estado de catarsis insólita, el sueño inunda mi alma, sus labios inundan mis labios, su cuerpo los vacíos, su ente mi rincón único en el mundo.
Cuánta magia, cuanto sabor, mi vida se encontraba en constantes cambios, su piel se asemejaba a la pureza, mi mente a esas alturas era un enredo de emociones, encontraba lo que buscaba en una sola persona, algo nuevo en mi.
El deseo era constante, subliminal, mágico. Las luces parecían distintas, iluminaban un escenario construido para mi, sus manos me guiaban a rincones inhóspitos, el tiempo corría tan rápido, sus palabras me envolvían en papel arrullo. Nos encontrábamos solos en un lugar rodeado de personas, su olor me atraía a la liberación, no había conocido hasta ese momento la libertad total y absoluta, su ente me llenaba y me liberaba, yo encantado y enamorado. Habitaciones oscuras que iluminábamos solo al estar juntos, encontrábamos las maneras y las formas, creábamos nuevos desafíos, los cambios eran constantes, los lugares nunca fueron los mismos, una ciudad construida a partir de un deseo; yo aún no me encontraba totalmente preparado.
Un beso sellaba mis pensamientos impuros, sus manos los devolvían y guiaban a su antojo, yo sólo era el aprendiz absoluto, nunca dejé de aprender.
Esas noches terminaban en un desnudo total, yo siempre estaba desnudo, nadie había conocido quien era tan a fondo, tan detalladamente, en todos los sentidos posibles.
Al llegar el día la luz era siempre blanca, el calor rodeaba mi energía, el viento soplaba en lugares exactos, todo era perfecto, todo era correcto, todo era desconocido, pero su vibra lo hacía ver como una rutina diaria, el fuego permanecía a mi lado por siempre.
Aprendí y desaprendí muchas veces, realicé viajes únicos, encontré respuestas a mis preguntas, la mayor parte de ellas eran incorrectas, pero acordes al tipo de información requerida. Me sentía estúpido y desencajado, no estaba acostumbrado a este tipo de estupidez y fervor crónico, pero era real, todo aquello era real, el tiempo seguía corriendo increíblemente rápido para mi, que sorpresa.
Mis sábanas me rodean y me envuelven, así era su ente, así era su cuerpo, sus palabras, bellas melodías que debían ser oídas por mi, yo era un simple aprendiz que intentó aprender cuanto pudo, que deseaba aprehender mucho más, pero me gradué al parecer, y se fue, para siempre.
De pronto desaparece, se hunde en la oscuridad infinita, intento encontrarle pero ya ha desaparecido, mi luz no es suficiente, y me apago.
Un sueño no es necesario, los recuerdos son millones, debo sentar a ordenarles e intentar encontrar un sentido lógico.

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