miércoles, 16 de mayo de 2012

Recorridos vanales

Se nubla el cielo mientras mis ojos observan al finito, mis emociones me abrazan con fuerza y la lluvia comienza a caer. Recojo a ente y junto a un café nos sentamos junto a la rivera del río, al observar aquellas caras grises que se desvanecen en paisaje comienzan a desvanecerse en lágrimas vanas. 
Nuestros pasos se dirigen al final, mientras caminamos, un paraguas nos cubre, y nuestra sonrisa disfraza nuestra curiosidad, los árboles disimulan la falta de color en esta época del año, y las parejas posicionadas como de revista en las bancas presagian el final del día. El Jardín Botánico nos cobija y nos entrega algo que retratar mentalmente, las palabras lentamente renacen, los adjetivos flotan en el aire, los verbos se ahogan en las pozas de agua, y me desvanezco en pena.
La luz lentamente se aleja, al cruzar el puente la único que alumbra mi rostro son las luces, pues su luz desapareció. Las gotas de lluvia parecen vaticinar mis pasos, el entorno una vez más florece, pero es sólo por segundos.
Mis pasos solitarios a esta altura, continúan su marcha por General Lagos, me espera un largo camino pero los pensamientos no me dejan tranquilo, debo callarlos. Las luces alumbran mi camino, pero no mi alma. El barro cubre el vacío de lo que queda atrás.
Llego a casa, tomo una ducha y a dormir, mañana será un nuevo día para comenzar.



1 comentario:

  1. Que manera de relatar una caminata... me gustó aunque es un poco gris... muchos cariñooos =)

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