sábado, 10 de agosto de 2013

Alma fauna

Inverosimilitud esparcida por la tierra como lluvia en un día de tormenta, rayos de credibilidad en una amplitud establecida de ante mano, y yo, un armadillo en un mundo totalmente ajeno al dolor ajeno. 
Cuento con espejos del alma, en ellos mi reflejo se ve atormentado por todos aquellos recuerdos y las memorias que de a poco se acumulan en tantos desvanes como canciones sobre ellos. Quiero comenzar una nueva historia, quiero poder olvidar todos aquellos detalles que con tanta dedicación he aprendido a través de un camino que no ha estado exento de sentimientos que muchas veces se confunden y se esmeran en ser desapercibidos. Un corazón me espera a la vuelta de la esquina, un corazón nuevo, el que tengo de por vida ya está cansado, desilusionado y solitario.
Una vez en la cima de una montaña prometí siempre hacer lo que mi corazón quisiera, y siempre lo he hecho; el problema es que mi corazón no siempre acierta en cada una de sus decisiones, he dejado de tomar riesgos y siempre me encuentro tomando aquellos caminos que se sienten mas seguros, que en general incluyen la soledad como acompañante.
Me he lastimado tantas veces, tantas heridas de vida, todas ellas sin curar, sin sanar, sin entender, jamás aprendí. Anoche, mientras me encontraba rodeado de persona, preferí alejarme y entender el minuto en soledad, me alejé tantas veces antes que la lluvia ahora solo podía cubrirme mientras los demás se sentían hundidos en alcohol.
Las palabras estaban frente a mi, dos acompañantes fieles también, ellos veían de a poco como mi cara se deformaba, algunas ideas solitarias querían lucirse en frente de ellos, decidí partir antes que ellas pudieran extenderse, pues sólo yo les conozco y me da miedo que el mundo también lo haga. Me vencen al final, y salen disparadas como dos balas con destinos decididos previamente, y se enfrentan entre si, mis acompañantes se sofocan ante tantas palabras, me entienden y desentienden a cada momento, muchos sentimientos se mezclan en sus cabezas, lo sé, la palabra muerte siempre asusta cuando las ideas son tan radicales como las mías; desaparecer en medio de una noche y volar desde un puente para no volver a hacerlo nunca más, algún día lo haré.
Los recuerdos se disipan con el pasar de las horas, las palabras se sientan a pensar en nuevas formas de expresión, y yo los dejo descansar de mi, aún para mi de pronto es demasiado, mi cama me espera perpetua y en silencio.
Mi alma flora ha satisfecho con creces sus expectativas, las flores emergen en cada esquina de mi cuerpo y los árboles son alimentados con exquisita delicadeza para perpetuar su existencia dentro del ecosistema que tengo por cuerpo. Pero el alma fauna, aquella con impulsos animales tan fuertes que ha sido relegada y ocultada de mi, puesta en un lugar oculto, para evitar la sensación de alimentar al instinto que llevo dentro, con furor, con rencor, con pasión y encanto. Esa alma se encuentra en descanso por ahora, no estoy preparado aún para lidiar con ese tipo de inconvenientes aún.

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