martes, 14 de mayo de 2013

Azabache

Zapatos mágicos, velas eternas, cenizas permanentes, miedos remanentes. Un corazón se acongoja, un sentimiento que explota, la noche cubre las palabras y los sentimientos salen y descansan por un momento, o dos.
Una ciudad entera descansa. las estrellas duermen por primera vez, y la luna fiel compañera de mis noches, permanece distante, y pienso, pienso y pienso, y quiero destruir. 
Los estados atentos a mis ojos permanecen y esperan, las palabras ya van a salir, van a dejar de disimular, y comenzarán a tentar. Una vez más el silencio se ve vislumbrado e invisible, y las inseguridades toman control, la noche permite desatar furias y emociones encapsuladas, fluye y sangra la luz, el azabache tizna las sábanas, y la inquietud me levanta de la cama, es hora de hablar.
Una silla en medio de la habitación compone un cuadro, y mientras la composición se retrata, mis palabras emergen y relatan un secreto.
Mis inseguridades una vez más me levantan, me desnudan, en medio de la habitación, me vuelvo vulnerable, quedo sin palabras, ellas me juzgan frente a frente, las mentiras se han acabado; yo he acabado.
Los objetos son alejados de mi, quedo sin defensa, sin mis colores, sin luz, sin oscuridad, sin nada.
El juicio emitido me torna gris, me dejan descansar, hoy será una noche larga, las mentiras y la incertidumbre oscilan mi caminar, mi infalibilidad falla, me he vuelto vulnerable una vez más.

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