sábado, 18 de mayo de 2013

Un camino que recorrí

Algo en mi ha sido liberado, algo encubierto, algo que explotó en al infinito, se abrió al universo, y ya no quiere volver a ser.
Me siento poderoso, indeciso, invencible, con ganas de asesinar al destino, no puedo resistirle,  no quiero detenerme, no espero que pare.
Busqué por tanto tiempo lo que creí necesitar, me preparé tanto tiempo para aquello que pensé necesitar, me mantuve atento a aquello que pensé querer, pero jamás pensé que lo tuve durante todo este tiempo.
Las luces de la ciudad me han detenido y me han hablado, me han enfrentado en este tiempo, me alumbraban el camino y susurraban el destino, pero yo y mi bicicleta eramos uno, no quise detenerme a escuchar, hablar es una perdida de tiempo. Y así pasé meses, enfrentándonos a la lluvia que despejaba mi camino, al viento que me cubría del calor, a la luna que reflejaba mis temores, a las estrellas que disimulaban mi soledad, y ese silencio que hablaba más fuerte que las luces, ellas si tenían una verdad, yo vivía una mentira.
Ahora entiendo todo, algo en mi entiende y comprende, ya no vivo en agonía de ignorancia, ahora sé, ahora conozco, ahora alborozo a la eternidad que espera, que agoniza, que evidencia mi verdad absoluta, ya no sé como detener mi vida.

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